El escudo antimisiles de EE UU deja fuera el sureste de Europa
Malestar en varios países de la UE por la iniciativa de Washington
Varios Estados de la UE han expresado su malestar por el plan de Estados Unidos de completar su programa de defensa instalando equipos antimisiles y radares en territorio comunitario. Hace varios meses, EE UU propuso a Polonia instalar en aquel país un sistema de interceptación de misiles estratégicos y equipos de radares en la República Checa. Este nuevo sistema dejaría fuera del escudo a Grecia, Bulgaria, Rumania y Turquía.
La propuesta ha causado malestar en Francia, Alemania y otros países, por el riesgo del deterioro de las relaciones con Rusia. El mes pasado tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como el jefe de las fuerzas armadas, el general Yury Baluyevsky, respondieron con contundentes advertencias a estas iniciativas.
EE UU cuenta ya con un sistema de defensa de misiles de largo alcance, más de 5.000 kilómetros, establecido por una parte en su propio territorio y por otra a través de la red de submarinos desplegados por todo el mundo. Los responsables de defensa estadounidenses decidieron hace varios meses desplegar "una tercera pata" de este sistema en Polonia y República Checa, para protegerse de la supuesta amenaza de Corea del Norte e Irán. Este nuevo sistema protegería a la mayoría de los 26 países de la OTAN, pero dejaría al descubierto el sureste de Europa.
El plan de EE UU coincide con otro que estaba estudiando la OTAN para la defensa de su territorio, pero a un ritmo mucho más lento y que, en el mejor de los casos, no estaría operativo hasta 2012. Un primer informe de este proyecto, de 10.000 folios, prevé unos costes de instalación muy elevados "de varios miles de millones de euros", según fuentes diplomáticas.
El presidente francés, Jacques Chirac, manifestó en la pasada cumbre de la Unión Europea su rechazo a este proyecto porque podía "provocar una nueva guerra fría". Chirac precisó que tanto EE UU como Europa deberían tener en cuenta las preocupaciones de Rusia por las instalaciones militares en Polonia y la República Checa. Alemania, por su parte, ya había señalado anteriormente que había que procurar "no irritar a Rusia" con estas decisiones. Ambos países tienen buenas relaciones con Teherán.
Rusia habría recibido información de la OTAN de estos proyectos a través de cuatro reuniones, que empezaron el pasado noviembre, según manifestó recientemente en Bruselas Stephen Hadley, asesor de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush. Fuentes diplomáticas precisaron que paralelamente, Moscú había conocido también estos planes a través de información directa de Washington.
El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, manifestó en una entrevista, recogida ayer por Financial Times, que el escudo antimisiles de Estados Unidos podría provocar una división entre los países protegidos y los no que no lo estaban de la amenaza de Irán". No obstante, fuentes diplomáticas francesas precisaron ayer que estaban muy en contra de este sistema de protección. "Para Francia la verdadera defensa es la disuasión nuclear", señalaron. "El escudo antimisiles", añadieron, "supone una rebaja de la protección porque ya dan por supuesto que alguien se atreverá a atacar, y esto es lo que hay que evitar por el gran riesgo que supondría".
El proyecto de un sistema de defensa para los Estados miembros de la OTAN ha abierto muchos interrogantes en la propia organización. Fuentes comunitarias, indicaron que "las primeras dudas provienen sobre la existencia de una amenaza real por parte de Irán". Tampoco está claro "el coste total del sistema, la distribución de los costes entre los distintos países y la eficiencia del mismo". Una fuente diplomática añadió que este "asunto está replanteando la cuestión de la solidaridad entre Estados Unidos y Europa y en el seno de la UE".
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