Más proyectos por los riesgos con el calendario

"Los proyectos espaciales tienen siempre un estricto calendario... que raramente se cumple", asegura Jorge Lomba, jefe de programas de la Agencia Europea del Espacio (ESA) del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), adscrito al Ministerio de Industria. A los problemas de las empresas que forman parte del consorcio que explotará Galileo se añaden una serie de dificultades técnicas que amenazan con retrasar la puesta en marcha del GPS europeo. Y no sería el primer retraso: el calendario inicial fijaba en 2008 los primeros pasos para su explotación, fecha que ya se ha abandonado definitivamente.

La ESA ha lanzado ya un primer satélite de los 30 que formarán la constelación Galileo, el Giove-A. Tenía previsto lanzar el pasado diciembre el segundo -el Giove-B-, pero no pudo. En la fase de pruebas se detectaron problemas técnicos que han retrasado su entrada en activo "al menos un año", explica Lomba. "El nuevo calendario fija el lanzamiento durante 2007, pero eso no está asegurado", dice.

Ante este contratiempo, la ESA ha encargado un tercer satélite para prevenir los riesgos derivados de un retraso suplementario para todo el proceso, y en particular la eventual pérdida de la licencia para las frecuencias, que concede la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Las empresas y los técnicos que desarrollan el sistema de navegación europeo han hablado ya de nuevos plazos. Galileo debería estar listo para 2011, pero ahora se habla incluso de 2014. La Agencia Espacial Europea, sin embargo, aseguró hace unos días que el plazo de 2011 se cumplirá.

"La ESA es relativamente optimista acerca de los plazos actuales. Pero hay nervios", añade Lomba. Fuentes de una de las empresas que participan en el consorcio aseguran que el programa Galileo "ha seguido avanzando en 2006 y en los primeros meses de 2007 en sus aspectos tecnológicos y de pruebas", pese a que admiten presiones para agilizar el proceso.

No en vano, la competencia tiene visos de ser cada vez más feroz. China ha dado ya los primeros pasos para crear su propio sistema de localización. El gigante asiático ha lanzado ya cuatro satélites con ese objetivo. Pero Estados Unidos es la gran amenaza: la tercera generación del GPS norteamericano está prevista para 2015.