Vizcaya asegura que se ampliará la incineradora aunque Bilbao no se sume

La Diputación de Vizcaya se muestra decidida a construir una segunda línea de incineración en la planta de Zabalgarbi incluso sin la incorporación de Bilbao, que hasta hace unos años era la condición para su puesta en marcha. El diputado de Medio Ambiente, Iosu Madariaga, estimó que la ampliación estaría "hacia 2011 ó 2012". Aseguró que la planta, que estuvo parada casi tres meses por averías en 2006, "funcionó con normalidad", aunque admitió que generó la "mitad de la energía" prevista. En Vizcaya, los residuos vertidos a los basureros bajaron al 34,4% el pasado año.

Después de que en diciembre, tras una comisión en las Juntas Generales, Madariaga asegurase que la segunda línea de la incineradora "está a la cola del sistema", ayer su mensaje fue más diáfano sobre la polémica infraestructura. "La segunda línea estará hacia 2011 ó 2012".

La planta que promueve Zabalgarbi, que empezó a funcionar en pruebas en abril de 2004 y a pleno rendimiento en octubre de ese año, iba a contemplar dos líneas para quemar más de medio millón de toneladas al año. Pero el rechazo del Ayuntamiento de Bilbao a llevar sus basuras a incinerar -una de las exigencias de Ezker Batua en su pacto municipal con el PNV- trastocó los planes de la Diputación y la empresa, que optaron por una única línea. Pero quedó siempre abierta la ampliación cuando se incorporase Bilbao.

Ayer, la Diputación (que tiene el 20% del accionariado) fue contundente al afirmar que se acometerá la segunda línea, "independientemente de la decisión de Bilbao". Iosu Madariaga aseguró que la capital vizcaína tiene que adoptar una decisión sobre su tratamiento de basuras para 2009, cuando entra en vigor la directiva europea que endurece la gestión de los vertederos. "Si decide continuar con el vertedero de Artigas, tendrán que hacer una fuerte inversión para adecuarse [a la directiva]", advirtió.

Las otras dos posibilidades son incorporarse a Zabalgarbi -al que están adheridos todos los municipios vizcaínos, salvo Bilbao y las localidades más distantes, como Ermua, Mallabia, Orozko y Otxandio- o el tratamiento en una planta de tratamiento mecánico-biológico (separa el material aprovechable y los componentes orgánicos de la bolsa de basura) que prevé construir en dos años la Diputación.

Madariaga negó problemas de funcionamiento en la planta de Zabalgarbi, pese a que la incineradora permaneció inactiva más de dos meses y medio en 2006 por averías [ver EL PAÍS del pasado 3 de enero]. "Funcionó 8.700 horas el pasado año y sólo en 33 días no se produjo energía. Estuvo operando perfectamente". Agregó que los únicos problemas se debieron a los defectos en la turbina de vapor -la pieza clave del sistema junto a la turbina de gas-, que supuso, admitió, "la generación de la mitad de energía de lo normal".

Esta planta es la única existente en Euskadi, aunque existen otros dos proyectos en Guipúzcoa: uno en San Sebastián, previsto para su funcionamiento en 2012, y otro promovido por Irún y Hondarribia, aunque éste tiene cada vez más visos de quedar aparcarcado.

Menos vertidos

Según los datos aportados ayer por la Diputación de Vizcaya, Zabalgarbi trató el pasado año 217.000 toneladas y produjo cerca de 350 millones de kilowatios/hora, "el equivalente al consumo doméstico y comercial de 300.000 vizcaínos".

Madariaga ofreció el balance de la generación y reciclaje de los residuos urbanos del pasado año, que totalizaron más de 672.000 toneladas, un 0,97% de incremento respecto a 2005. Ahora se ha llegado ya a un tercio de reciclaje, otro de incineración y otro tercio de depósito en vertederos. El vertido se quedó en el 34,4%, cuando en 2003 alcanzaba casi el 69%.

Destacó que esta cifra supera "ampliamente" el margen de la directiva de la UE para 2009, que establece reducir el porcentaje de la basura vertida hasta un 50% en relación a 1995, cuando superaba el 90% del total. Madariaga enfatizó el "comportamiento ejemplar" de los ciudadanos y anunció la distribución gratuita de 60.000 packs con tres bolsas para separar la basura en el hogar.