"En el cante flamenco no hay maestros sino discípulos"
A Enrique Morente (Granada, 1942) le gusta echar por tierra todos los tópicos sobre el flamenco. Desmonta la tradición de generaciones de cantaores -"no es un arte de familias, no es de barrios ni es de na"- y el que sea un arte muy de dentro: "Es un arte del oído al alma, no al revés". Así que, derribada la leyenda, dice aprobar que el cante flamenco pase a ser a partir del curso 2007-2008 una especialidad dentro de los conservatorios profesionales. "No hay nada más fantástico que aprender, que establecer formas de reunirse", se alegra por teléfono desde su casa granadina. Ahora sólo falta que el baile flamenco entre en estas aulas oficiales.
"Yo apruebo todo lo que sea enseñanza, evolución. Es proyecto y es futuro", cuenta. "El cante es algo de verdad. En el cante no hay maestros sino discípulos", asegura convencido de que su hija, la popular cantaora Estrella Morente, ha aprendido poco de él. "Yo no la he enseñado nada. Otra cosa es que haya aprendido. Porque hay que partir de la base de que, para equivocarme, ya estoy yo", señala críptico, para terminar reconociendo que quizá en "alguna cosa técnica" la haya podido ayudar.
"Hay que ser partidario del progreso, y los barrios y las familias hace tiempo que se acabaron. No hay nada menos saludable que eso", sostiene Morente. Él se impregnó de los mejores cantaores -"si no, no me hubiera dedicado a esto"- y luchó contra las malas críticas hasta llegar un momento en el que hizo lo que quiso sin importarle el qué dirán. Morente, que se declara "admirador de la lectura, el conocimiento y la música", dio en el clavo. "Como tenía boca cantaba", pero sin pasar por ninguna escuela, y mucho menos conservatorios.
Como ocurrió cuando se instauró el estudio de guitarra flamenca en los conservatorios hace 10 años, ahora tampoco existen titulados que impartan clases de cante. Con Enrique Morente que no cuenten: "¿Cómo voy a ser maestro si pienso que no existen?".
Modesto, asegura que le queda por aprender en el cante: "Yo iría al conservatorio si enseñaran luces mentales. Que me faltan a mí y nos faltan a todos. Somos cortos".
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