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Reportaje:

Gaudí se convierte en personaje de una intriga literaria

Una novela escrita por dos autores catalanes coloca al arquitecto en la senda de 'El Código Da Vinci'

La industria editorial internacional ha colocado en la rampa de lanzamiento una novela de intriga que tiene como personaje principal al arquitecto Antoni Gaudí y la Barcelona de principios del siglo XX. La Clave Gaudí, escrita por Andreu Carranza y Esteban Martín, aparecerá a finales de este mes en catalán y castellano, para hacerlo a continuación de manera prácticamente simultánea en Alemania, Italia, Corea, Holanda, Polonia y Estados Unidos. Los expertos, empezando por el equipo de la agente Carmen Balcells, tratan de convertir la obra en un nuevo éxito de la industria literaria comparable a La Catedral del Mar, que lleva ya vendidos un millón de ejemplares en poco menos de dos años.

"¿Qué hubiera pasado si Gaudí en vez de morir atropellado casualmente por un tranvía hubiera sido asesinado por una organización secreta?"
"Hemos tratado de reconstruir con rigor histórico y humano la personalidad del protagonista y el ambiente de su época"

"¿Qué hubiera pasado si Gaudí en vez de morir atropellado casualmente por un tranvía en 1926 hubiera sido asesinado por una organización secreta?", señalan los autores. "Éste es el punto de partida de esta obra de ficción, en la que utilizamos como personaje al arquitecto Gaudí, un protagonista que, como todo el ambiente de su época, hemos tratado de reconstruir con rigor histórico y humano". La novela empieza con una frase ilustrativa: "Ha de parecer un accidente", revelan los dos escritores.

La novela utiliza la vida y la obra de Gaudí para trazar una intriga de ribetes esotéricos, en la que se juega con las pistas que ofrece la arquitectura del personaje. En ese sentido la novela está claramente en la estela de los thrillers de Dan Brown y de su célebre El Código Da Vinci.

La Clave Gaudí es, según confesión de los autores, la peripecia de "un escritor hambriento y un editor arruinado". Andreu Carranza, de 49 años, natural de Ascó, a pesar de que lleva conseguidos cinco premios literarios, seis novelas y tres libros de poemas, se ve obligado a ganarse la vida por la mañana como conserje de un instituto de enseñanza media, buscando como complemento colaboraciones en la prensa y en la radio. Esteban Martín, también de 49 años, antropólogo en paro, es fundador y propietario de una pequeña editorial, Littera, autor de una biografía de Federica Montseny y de un libro de cuentos para niños, que sobrevive gracias al salario de su esposa, que trabaja como funcionaria.

"Todo ha sido muy rápido. Hace un año y medio se nos ocurrió conjuntamente el proyecto de escribir algo utilizando a un personaje conocido. Los dos coincidimos en que este personaje fuera Gaudí. Investigamos al arquitecto durante un año y en ocho meses escribimos la obra. En noviembre la llevamos a la agencia de Carmen Balcells y en poco menos de una semana se habían empezado a echar encima los editores. Los últimos en llegar han sido los holandeses. Ayer compraron los derechos de autor", afirma el dúo Carranza-Martín, al tiempo que aseguran estar dispuestos a continuar colaborando juntos, convertirse en un tándem "tan inseparable como Ortega y Gasset" y colocarse al mundo editorial por montera.

La Clave Gaudí es una experiencia única e irrepetible, añaden sus autores. Escribían uno y otro al mismo tiempo y de manera confundida en castellano y catalán, pero siguiendo un esquema, perfectamente pautado durante dos meses, como si se tratara de una batalla o un guión cinematográfico. El esquema de la obra, incluidos detalles, circunstancias y diálogos, permaneció todo el tiempo ante ellos, como si fuera su norte o la Biblia, en 10 pizarras. Los capítulos una vez escritos viajaban por Internet de Flix a Tortosa, y de vez en cuando también a Barcelona. A veces se detenían en su trabajo, se encontraban y discutían en voz alta, escenificando lo que debían decir los personajes.

"Cuando acabamos de escribir la novela, el pasado mes de noviembre, nos preguntamos qué hacer con aquellos 400 folios. Juntos nos dimos la misma respuesta: 'Vamos a ver a Dios". "Y nos fuimos a ver a la agente literaria Carmen Balcells, que es lo más parecido a Dios en el mundo editorial. Los lectores nos dijeron que era muy buena y nos auguraron un éxito editorial. Nos aconsejaron hacer pequeños retoques. Antes de acabarlos ya teníamos editor, Plaza & Janés. Luego vinieron los demás", explican los escritores.

Carranza y Martín recalcan al menos dos elementos de su experiencia literaria; el primero "haber convertido el oficio de escribir en un juego, desnudo de egocentrismo y floritura, en el que el objetivo principal era la narración, la historia". El segundo elemento inolvidable es para ellos "haber reencontrado a Gaudí, un personaje atrayente, que dedicó cuarenta años de su vida al mismo proyecto, poniendo en ello todo su amor y disciplina, en un esfuerzo por hacer una obra perfecta, la Sagrada Familia".

Andreu Carranza (a la izquierda) y Esteban Martín, ante uno de los edificios de Gaudí en Barcelona.
Andreu Carranza (a la izquierda) y Esteban Martín, ante uno de los edificios de Gaudí en Barcelona.CARLES RIBAS
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