El juez dicta orden de alejamiento para el cura acusado de abusar de un menor en Granada
El párroco de Granada de 72 años acusado de abusar sexualmente de un adolescente de 14 años reconoció ayer ante el juez todos los hechos que se le imputaban. Su declaración bastó para que el magistrado dictara ayer mismo una sentencia firme de conformidad, por la que se condena a Cayetano E.E., sacerdote de la Parroquia del Ángel Custodio del barrio del Zaidín, a una pena de multa de 21 meses. Asimismo, y como solicitaba la familia del menor, se ha dictado una orden de alejamiento por la que el sacerdote no podrá acercarse al joven a menos de 200 metros ni establecer comunicación con él durante los próximos dos años.
En opinión de la abogada de la familia, Montse Linares, las instituciones judiciales "han actuado con rapidez, lo que es de agradecer en un caso de este tipo, ya que era fundamental que se solucionara lo antes posible con el fin de proteger al menor de la ansiedad y el sufrimiento que le podría haber causado un procedimiento mucho más largo". Con respecto al estado en el que se encuentra el joven que días después de lo ocurrido se negaba a acudir al instituto, la letrada calificó su situación de "satisfactoria", teniendo en cuenta las condiciones de presión a las que se ha visto sometido. "Es un joven fuerte que tiene bastante marcada su personalidad, por lo que creemos que va a superar sin problemas este mal trago que le tenía guardado la vida", explicó Linares.
En clase de catequesis
En una breve declaración telefónica, Francisca, la madre del joven, abogó por "cerrar el tema y seguir adelante", a la vez que mostró su satisfacción porque "el asunto haya quedado aclarado". Según los hechos relatados por el menor ante el juez, el pasado 24 de enero se inscribió en unos cursos de catequesis en la capital, donde conoció al sacerdote, que era vecino de La Zubia, la misma localidad en la que reside el joven.
En uno de los viajes entre Granada y el pueblo en un autobús de línea, el cura acarició los muslos y el miembro del menor. Por este motivo, a la semana siguiente, decidió acudir al autobús acompañado de un amigo, que fotografió con su teléfono móvil al sacerdote sentado junto al joven, al que se veía acorralado entre el cuerpo del cura y la ventanilla. En ese mismo viaje el sacerdote solicitó al menor tener una cita más "íntima" a lo que no accedió.
Pese al rechazo, Cayetano E.E. no desistió, y el día 2 de febrero se apostó junto a la puerta de la urbanización donde el menor reside. "Lo debía de haber seguido antes. Lo agarró del abrigo, lo llevó a un callejón sin salida cerca de casa y le pidió que se bajara los pantalones. Como mi hijo no quiso, él se bajó los suyos", relataba Francisca, madre del menor, días después de lo ocurrido. Tras bajarse los pantalones, el sacerdote comenzó a masturbarse contra el trasero del menor, mientras le practicaba distintos tocamientos. En un descuido, el chico consiguió huir y se refugió en casa de un amigo. Dos días después, el sacerdote era detenido por la Guardia Civil.
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