Fuga de empresas

De nuevo sale a la calle una petición de solidaridad para cientos de personas que están sufriendo una injusticia tremenda como resultado del mal enfoque de ciertas políticas económicas que atienden antes al dinero que a los trabajadores. La deslocalización de grandes empresas que se asientan en municipios al socaire de ciertas prebendas y cientos de ayudas públicas para luego abandonar a su suerte a los empleados frente al resultado económico, pone de manifiesto que aun en estos días uno de los principales derechos de la ciudadanía sigue estando en entredicho según los intereses dinerarios. El trabajo es un derecho que dignifica a las personas de manera directa, pero que hace que ésta se desarrolle como resultado de una serie de beneficios transversales de los que se beneficia la persona por disfrutar de tal derecho constitucional. A saber, seguridad y motivación para el desarrollo personal al sentirse como parte de un objetivo social que provoca beneficios colectivos, pero también individuales.

La empresa Delphi, beneficiaria de terrenos para asentarse en el municipio de Puerto Real y favorecida al recibir cientos de miles de euros en ayudas públicas para desarrollar sus actividades con tranquilidad, siembra la desesperanza y la zozobra entre sus miles de empleados directos e indirectos por mor de que sus resultados económicos -sin pérdidas- no son los esperados por su vorágine de ganar dinero. Es lícito que una empresa tenga como finalidad máxima los beneficios, pero ello es incompatible con la desvergüenza de dejar en la calle a miles de familias que pueden perderlo todo, incluido su bien más preciado: la vivienda. Las hipotecas hay que pagarlas y en los mercados crediticios todos sabemos cómo están de imparable los tipos de interés. Además, los colegios, la comida, la ropa, el transporte... En definitiva, la vida. Qué contar de algo que ya todos sabemos.

Yo me uno a pedir que la gente salga a la calle este 1 de marzo de 2007 para pedir dignidad y estabilidad laboral. Ojalá las calles se vean repletas de ciudadanos. Ahora que tenemos tan reciente nuestro Estatuto renovado, no olvidemos que así también se hace Andalucía, defendiendo lo nuestro. Sólo queda que la empresa quiera negociar con los terrenos. Apaga y vámonos.