El gran ausente

En los campos de refugiados de Darfur, donde dos millones de desplazados viven de la solidaridad internacional desde que las milicias progubernamentales de los yanyauid los expulsaran de sus poblados en 2003, un nombre propio levanta más temor que ninguno: Musa Hilal.

Conocido entre las tribus árabes como gran líder tribal o sheik, su pariente Husein Mohamed Hamid lo define como "muy generoso, popular entre su gente, muy justo y muy bravo". Sin embargo, para gran parte de la población en Darfur, Hilal es el mayor criminal de guerra, el hombre que coordinó los ataques de las milicias árabes contra las tribus africanas de Darfur. ¿Por qué entonces el fiscal de la Corte Penal Internacional no lo citó ayer como encausado?

"Porque necesitamos pruebas sólidas y solventes para que se les pueda juzgar. En el caso de Harun y de Alí Kushayb, creemos que las tenemos. Ahora todo depende de lo que digan los jueces", indicó en La Haya el fiscal jefe, Luis Moreno Ocampo.

"Es muy pronto aún", indica desde Bruselas Andrew Stroehlein, especialista del centro de análisis Grupo de Crisis Internacional. "Hay que tener en cuenta que el fiscal empezó su investigación en 2005. Hay que darle tiempo a la Corte. Y es un buen comienzo el que ha tenido. Los dos nombres que ha aportado son peces gordos, especialmente el de Ahmed Harun, que era el responsable de la policía cuando se produjo la masacre".

"Aún hay 15 nombres más involucrados en la investigación del fiscal", añade Stroehlein

. "Pero con los dos acusados de ayer queda patente la relación del Gobierno con la masacre".

Hilal tenía excelentes relaciones con el Gobierno de Sudán. Pero, en la actualidad, el Gobierno sudanés cuida mucho las formas. Y sus gobernadores en Darfur niegan cualquier relación con Hilal. Y Hilal permanece en su aldea de Kabkabía, al mando de su ejército, sin atender a los periodistas ni a los representantes de la ONU que viajan a Sudán para entrevistarle.