El gélido agente vence al fauno
La película de Guillermo del Toro gana tres 'oscars', pero es derrotada por la alemana 'La vida de los otros' como mejor filme extranjero
A El laberinto del fauno le salió un serio competidor alemán en una categoría (mejor película en habla no inglesa) en la que los votantes suelen ser pocos y donde el género fantástico no suele calar. Ganó La vida de los otros, que es una gran película, con un reparto prodigioso y un actor, Ulrich Mühe, que enmudece sólo con su interpretación. De una forma casi imperceptible su personaje, un gélido espía de la Stasi, da un vuelco radical el día que entra en la vida de un dramaturgo y su famosa actriz de teatro. El director de la película, Florian Henckel-Donnersmarck, que se declara admirador de Arnold Schwarzenegger desde Conan el Bárbaro evitó en la sala de prensa cualquier comparación de los métodos de escuchas de la Stasi con los que ha practicado la Administración Bush-Cheney en su campaña para fomentar el odio y la paranoia. Henckel-Donnersmarck, apelando a la "libertad de expresión" que goza Estados Unidos y al riesgo de abuso inherente a "cualquier forma de poder", aseguró que no le parecía comparable.
Su Oscar fue un jarro de agua fría para el festín que se anunciaba para el fauno. El Oscar al mejor maquillaje, a la mejor dirección artística (Pilar Revuelta y Eugenio Caballero) y a la mejor fotografía (Guillermo Navarro) supuso un arranque frenético para los hispanos que acudieron a la gala de los Oscar. Babel sólo se llevó el Oscar a la mejor banda sonora, por segundo año para el argentino Gustavo Santaolalla. El equipo de Alejandro González Iñárritu, además, según informa Efe, difundió ayer una carta (que publicará la revista Chilango) en la que "rompen" definitivamente con el guionista del filme, Guillermo Arriaga, por su permanente reivindicación de la autoría del filme.
Una fractura que no se sentía en los colaboradores de Guillermo del Toro, que insistían en manifestar que "somos una extensión de su genio creativo". La familia de Del Toro, sus padres y sus hijas, vieron la gala en el ático del hotel Roosevelt, frente al Kodak Theater. Allí fueron llegando casi a medianoche los miembros de su equipo. El director no apareció. En el patio de butacas del teatro se le veía cada vez más nervioso, con la emoción contenida al ver a los suyos logrando una gesta por una película que le costó mucho sacar adelante. Guillermo Navarro, en el escenario y Oscar en mano, habló de cómo la libertad creativa es lo más importante para poder trabajar y cómo eso es lo que ha prevalecido en El laberinto del fauno. "Esta película", añadió, "representa el esfuerzo colectivo para apoyar el talento creativo de su director".
David Martí se puso una corbata negra con su fauno bordado. Él y Montse Ribé se vuelven a Barcelona con un Oscar (uno para cada uno) por el mejor maquillaje y con la enhorabuena de su ídolo: Steven Spielberg. "Se acercó a nosotros después de la gala y nos felicitó ¡Yo he visto En busca del Arca Perdida 65 veces! No podía creerlo. ¡Y nos dijo que a lo mejor algún día colaborábamos juntos!". La voz de David Martí se rompía mientras la de Ribé se mantenía con más calma. Llamadas de amigos y familiares y del taller que crearon hace 15 años y donde trabajan con un grupo muy pequeño de colaboradores. Ahora se quedaran unos días en Los Ángeles, quieren ir a los estudios Universal, descansar y divertirse para celebrar un premio que el lunes de madrugada, entre sudores, no sabían ni cómo celebrar. Luego, seguirán trabajando para la próxima película de su cuate mexicano. Y el Oscar descansará en su galería de "monstruos".
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