Alemania crece
Esta semana hemos conocido que la economía alemana creció, en términos reales, un 2,9% en el conjunto de 2006, el registro más elevado de los últimos seis años. Junto a una reactivación moderada del consumo privado, destaca el notable crecimiento de la inversión en bienes de equipo, nada menos que un 8%, y la recuperación de la inversión en construcción, que crece un 5,3% después de seis años consecutivos de caída. Además, el comportamiento del último trimestre del año contribuye a disipar el temor a que la reciente subida del IVA, que entró en vigor en enero de este año, lastre el crecimiento económico de 2007.
Del conjunto de las principales economías del área euro es la española la que mayor crecimiento registró el pasado año, un 3,9%. Francia, Italia y Portugal, sin embargo, siguen sin experimentar una reactivación significativa, con crecimientos entre el 1,5% y el 2%, mientras que el resto de economías crecen a tasas cercanas al 3%. El cuadro macroeconómico europeo se completa con una tasa de inflación que en enero no superaba el 2%.
La capacidad de Alemania de actuar como locomotora del conjunto de la economía de la eurozona continua siendo evidente
La relevancia del dato alemán traspasa sus fronteras. Por una parte, la capacidad de Alemania de actuar como locomotora del conjunto de la economía del área euro es evidente. Por otra, de la marcha de la economía alemana dependerá en buena medida la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). En la actualidad los mercados financieros anticipan subidas adicionales del tipo de referencia del BCE hasta niveles próximos al 4%, en un entorno de crecimiento moderado de la economía europea, liderada por Alemania, y de ausencia de tensiones inflacionistas.
La traslación a España de este escenario es inmediata. Por una parte las subidas de tipos de interés contribuirán a frenar el crecimiento del endeudamiento de las familias, al tiempo que dificultarán el pago de la deuda ya asumida, con el consiguiente impacto negativo en el consumo privado. Sin embargo, este efecto se podrá compensar con un aumento de la demanda externa, favoreciéndose así un deseable cambio en el patrón de crecimiento de la economía española de los últimos años.
Álvaro Lissón y Enrique Sánchez del Villar son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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