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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Ecuador revisa su deuda

El presidente Correa busca recursos para financiar gastos sociales

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha sorprendido a los mercados internacionales al anunciar la revisión de su deuda externa y la posible cancelación de algunos pagos con sus acreedores. La medida persigue reducir en un 60% el capital de la deuda y liberar recursos para aumentar el gasto social. La decisión podría perjudicar la confianza y la llegada de capital extranjero.

El principal efecto de la revisión de la deuda ha sido la pérdida de credibilidad en los mercados internacionales
La deuda externa del país andino alcanzó en diciembre pasado los 10.216 millones de dólares, un tercio de su PIB total

El Ministro de Economía ecuatoriano, Ricardo Patiño, ha confirmado que se hará una auditoria de la deuda externa a partir de marzo próximo. Éste sería el paso previo para determinar la legalidad o legitimidad de estos compromisos y decidir si se pagan o se cancelan. Lo primero será revisar la contratación de los créditos y la emisión de los bonos soberanos, tarea en la que no participarán los acreedores.

El presidente Correa ha señalado que esta reestructuración y la posible postergación o cancelación de algunos pagos persigue aligerar el presupuesto del Estado y liberar más recursos para el gasto social en un país con 7,8 millones de pobres. Se ha llegado a hablar de una reducción de un 60% en el capital de la deuda de los bonos estatales para este año. La revisión de la deuda es una vieja propuesta de Correa, quien hizo de ella uno de los ejes de su programa electoral.

Correa, economista de izquierdas cercano a la corriente de Hugo Chávez y Evo Morales, considera que las sucesivas emisiones de deuda del Estado ecuatoriano se han hecho en condiciones desfavorables, vulnerando con frecuencia la legalidad y con intereses que multiplican los préstamos iniciales. Correa ha indicado incluso que no volverá a negociar revisiones de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en 2003 aprobó una línea de crédito por 205 millones de dólares.

La mayor parte de la deuda del Estado ecuatoriano se concentra en sus denominados bonos Global, con un capital de 3.860 millones de dólares y tres vencimientos diferentes de aquí al año 2030. La deuda externa del país andino alcanzó en diciembre los 10.216 millones de dólares, un tercio de su PIB total, una deuda que no es excesivamente alta y que, según los acreedores, obligará a Ecuador a pagar sólo 724 millones de dólares en intereses este año, un 1,6% del PIB.

La medida de Correa va en línea con los anuncios de Evo Morales y Hugo Chávez de nacionalizar el petróleo. Son estrategias que en la práctica buscan renegociar los contratos con los inversores extranjeros para mejorar la recaudación tributaria. En estos momentos Ecuador no tiene problemas de ingresos. En 2006, el superávit global del sector público no financiero llegó al 4,3% -similar al de 2005-, gracias sobre todo a los elevados ingresos de unas exportaciones petroleras que crecieron un 76,8% durante el primer semestre.

Pérdida de credibilidad

El principal efecto de la anunciada reestructuración de la deuda ha sido la pérdida de credibilidad de la economía ecuatoriana en los mercados internacionales. El pasado 14 de febrero, el Gobierno ordenó por sorpresa el pago de 135 millones de dólares en intereses de sus bonos Global 2030, un día antes de que venciera el plazo y a pesar de que había advertido que se acogería a un periodo de gracia de 30 días para cancelarlos.

Ecuador es considerado como uno de los emisores de deuda con más riesgo de Latinoamérica. La calificadora de riesgo Fitch ha bajado el ranking a la deuda soberana de Ecuador, subrayando que el incumplimiento a corto plazo es una posibilidad real. Los analistas indican que el efecto más inmediato de esta medida es una ralentización de la inversión extranjera, a pesar de que Correa ha señalado que este indicador está en su mejor momento, gracias a los ingresos del petróleo.

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