La UE teme que una epidemia de gripe aviar cause elevada mortalidad
Un 30% de la población se vería afectada en caso de mutación del virus
"Hasta 1,1 millones de europeos morirán si se produce una epidemia de gripe aviar con una virulencia similar a la de 1918". El pronóstico fue realizado ayer por el experto en gripe aviar y coordinador de proyectos del Centro para Europeo para la Prevención de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés), Angus Nicoll. El centro es el organismo asesor de la Comisión de Sanidad de la UE, y fue creado hace tres años cerca de Estocolmo para centralizar la investigación y las alertas sanitarias en la Unión Europea.
Los fallecidos no serán los únicos afectados. Hasta un 30% de la población europea dejará de trabajar si el temido virus H5N1 muta y causa una epidemia. Gran parte de ellos serán enfermos; el resto, personas sanas que deberán dejar sus ocupaciones habituales para atenderlos.
Pese a estos pronósticos catastrofistas, la directora del ECDC, Zsuzsanna Jakab, insistió ayer durante una videoconferencia desde la sede del centro, en que la Unión Europea es "la región del mundo que está mejor preparada para hacer frente a una posible pandemia". Esta afirmación llega después de que su equipo haya realizado un trabajo sobre los planes para enfrentarse a la gripe aviar de los Veintisiete.
El trabajo, que ha constado de una revisión de los planes nacionales mediante cuestionarios y visitas de los expertos del centro ha detectado cinco áreas de posible mejora, dijo Jakab: la falta de planes integrados para toda Europa y entre las regiones de los países miembros; la necesidad de prever el mantenimiento de servicios básicos, como el suministro de energía y alimentos cuando gran parte de la población esté enferma; la coordinación de los distintos planes para que se puedan atender las necesidades sin que las fronteras sean un obstáculo, y aumentar la investigación en el virus H5N1, para predecir la llegada de la pandemia y tener listos medicamentos y vacunas eficaces.
A petición de los gobiernos, el informe no detalla la situación de cada uno de los países, aunque sí recoge algunas iniciativas destacables -sin indicar el lugar donde se llevan a cabo-, explicó Jakab. Entre ellas las hay muy variadas, como utilizar los púlpitos de las iglesias para transmitir los mensajes sanitarios en aquellas regiones con menos avances tecnológicos o, en el lado opuesto, utilizar los sistemas más avanzados tecnológicos para registrar las defunciones, dijo Nicoll.
Dos objetivos
El único dato sobre los países que los responsables de la UE dieron fue que "sólo la mitad de los países tienen planes multisectoriales". El objetivo, que Jakab aseguró que se cumplirá en dos o tres años, es que estén claras las instrucciones para actuar en caso de crisis, y no sólo en el ámbito sanitario. Éste será el primer afectado por una crisis, pero ésta se extenderá "fuera de los hospitales", insistió Nicoll.
Durante la presentación del trabajo, los responsables sanitarios de la UE sólo fijaron dos objetivos: que las personas que primero se infecten reciban antivirales en las primeras 48 horas, y que la vacuna contra el virus esté disponible a los seis meses de comenzar el brote.
Pero con ello no se acabará el trabajo, advirtió el coordinador de respuesta Rápida del ECDC, Denis Colombier, quien indicó que habrá que ceñirse a las tres p: preparación, planes y prácticas que comprueben que el dispositivo funciona.
En España, una portavoz del Ministerio de Sanidad afirmó que los planes estaban preparados, e informó de que ya se habían recibido los 10 millones de dosis del antiviral oseltamivir, que guardan Sanidad y las comunidades. Esta cantidad fue la que acordó el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.