Votos bajo la sombra del 'caso Malaya'

Era como un ensayo de las elecciones municipales tras el escándalo del caso Malaya. El PP de Marbella (el municipio de Málaga donde el Estatuto concitó menos interes a juzgar por la escasa participación, sólo un 26,9%) movilizó ayer gran parte de su infantería para el referéndum. Los accesos a los centros electorales estaban llenos de apoderados del PP, que preguntaban por la letra del apellido y guiaban a los escasos votantes. En total, había unos 300 apoderados populares.

La presencia del PSOE, con pegatinas rojas, era menor. Entre 140 y 150 personas. Francisco Zorí, coordinador socialista del comité electoral de Marbella, aseguraba ayer que esa misma mañana un interventor del PP le comentó que "les habían ofrecido puestos de trabajo", práctica utilizada por el GIL, que también pagaba a sus apoderados para que controlaran los votos a pie de urna.

La candidata a la alcaldía por el PP, Ángeles Muñoz, negó que pagaran "siquiera un bocadillo". "Hemos hecho un gran esfuerzo para movilizar a toda la gente. Y para las municipales queremos tener unas 1.000 personas".

Tanto Muñoz como el candidato socialista, Paulino Plata, visitaron ayer los colegios electorales. David Rodríguez, de 28 años y miembro del comité ejecutivo del PP, vivió sus primeras elecciones como militante. En los dos últimos años, el PP ha pasado de dos sedes a 11 "oficinas de atención al ciudadano" por toda la ciudad. Según sus datos, han ganado 1.000 afiliados. Francisco Javier Pecino, otro apoderado del PP, de 34 años, le daba la razón. "No nos han ofrecido trabajo, el PP ha prometido que va a crear una bolsa de empleo, por puntos, como tiene que ser", apuntó.

El único apoderado socialista del colegio lo veía con distintos ojos. "He visto caras conocidas, gente que hizo de apoderado del GIL e incluso uno del PA, y a los que han prometido recolocarlos en el Ayuntamiento cuando ganen", indicó Pedro Maldonado, con más de 20 años de militancia socialista.

En el núcleo de San Pedro Alcántara, decenas de periodistas aguardaban la llegada de Mayte Zaldívar, esposa del ex alcalde marbellí, Julián Muñoz, y en libertad bajo fianza por su implicación en el caso Malaya. Tenía que presidir una mesa del colegio electoral del Centro Cultural El Ingenio, pero no apareció. Un justificante médico la libró del trance.