Los extranjeros compran un 30% de la vivienda usada
Los intermediarios inmobiliarios y financieros ven en la inmigración un nuevo filón de compradores, ahora que el boom parece lentificarse. Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra y la red Tecnocasa indica que los inmigrantes extracomunitarios efectuaron en 2006 cerca del 30% de las compras de vivienda de segunda mano. Después de los españoles, el colectivo que más casas usadas adquirió fueron los latinoamericanos (18,6%), en especial ecuatorianos y colombianos. Les siguen marroquíes, nigerianos y paquistaníes.
Según el mismo estudio, si los españoles suelen pedir una hipoteca por el 80% del valor de tasación del piso, en el caso de los inmigrantes la media suele acercarse al 90%. Fuentes del sector explican que ello se debe a que los ciudadanos extracomunitarios quizá tienen rentas más bajas, pero también más gastos: compran pisos muchas veces por reformar porque son más asequibles, deben amueblarlos, enfrentarse a sus gastos diarios y enviar dinero a sus familiares. Por ello, el préstamo medio que pide un inmigrante latinoamericano también es superior al de un español: 227.292 euros de los primeros frente a los 202.787 euros de los autóctonos.
Si los inmigrantes acceden a estos préstamos es también porque alrededor de algunas franquicias inmobiliarias que se dedican a este segmento se han ido creando empresas que dan prestámos a medida para ellos, de hasta el 120% del valor de la vivienda y con plazos de amortización largos.
Un estudio encargado por el Ministerio de Vivienda apunta que el verdadero impacto de la inmigración aún está por llegar. El informe coincide con que el 33% de los extranjeros que residen en Cataluña viven en un piso de su propiedad. Los que más compran son, según el documento, los centroamericanos, los africanos y los asiáticos (ver cuadro). El resto de los inmigrantes opta sobre todo por el alquiler o bien por otras fórmulas como la cesión de uso.
En cualquier caso, estudios de inmobiliarias, administraciones y entidades financieras coinciden en que en los próximos años también aumentará el volumen de inmigrantes que demandará pisos nuevos, y que el año pasado fue de entre el 1,5% y el 2%, según señalan las consultoras.
Sin embargo, de este mercado quedan fuera prácticamente todos los inmigrantes sin papeles. Una portavoz de SOS Racismo recuerda que éstos deben enfrentarse a habitar pisos sobreocupados o a la discriminación que sufren por parte de algunos propietarios que se niegan a tenerlos como inquilinos.
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