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Alerta al descomponerse fertilizantes que transporta un buque frente a A Coruña

El barco holandés 'Ostedijk' iba a seguir anoche rumbo a Valencia bajo seguimiento

La descomposición de parte de las 6.000 toneladas de fertilizantes que transporta el barco holandés 'Ostedijk' desató ayer la alerta. Ocurrió poco antes de las dos de la madrugada, cuando el buque navegaba a unas 50 millas al oeste de A Coruña, en dirección sur. Dos remolcadores de Salvamento Marítimo mantuvieron durante todo el día el barco amarrado a unas 14 millas de la costa coruñesa, pero anoche se le autorizó a seguir rumbo a Valencia. Las emanaciones iniciales de gases, muy olorosos y molestos, que llevaron al capitán a pedir auxilio, habían desaparecido.

"El incidente, que afectó exclusivamente a la carga, está técnicamente controlado" y el riesgo es nulo tanto para la tripulación, que permanece a bordo, para el medio ambiente y la población, aseguró el delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras. Un consejero técnico de Marina Mercante y un equipo de bomberos desplazados en helicóptero hasta el Ostedijk realizaron durante todo el día una inspección a bordo para determinar las circunstancias del suceso y su evolución. Su informe resultó determinante para que las autoridades estatales y autonómicas, que constituyeron un gabinete de crisis en la Torre de Control Marítimo de A Coruña, decidieran a última hora permitir que el barco continuase su ruta hasta Valencia como pretendía el armador. La singladura hacia su destino continua bajo la supervisión de Salvamento Marítimo.

El incidente comenzó presuntamente a causa de una tubería de gasoil que, al entrar en contacto con el fertilizante en una de las dos bodegas del buque, originó una reacción química. Los gases invadieron rápidamente la sala de máquinas, contigua a la bodega afectada, por lo que el capitán paró motores y llamó a la torre de control para pedir ayuda ante el riesgo de que las emanaciones pudieran ser tóxicas. Pero no lo son, asegura la Delegación del Gobierno en Galicia, al frente del gabinete de crisis que incluye a Marina Mercante y a cuatro consellerías de la Xunta (Presidencia, Pesca, Medio Ambiente y Política Territorial).

El Ostedijk, que, procedente de Posgrunn (Noruega), se dirigía a Valencia, transporta 6.000 toneladas de un fertilizante muy utilizado en las actividades agrícolas, el NPK 151515-C, una mercancía considerada no peligrosa por los organismos internacionales. Al descomponerse, emite unos gases que tampoco son peligrosos en espacios abiertos, según las autoridades. "En todo caso pueden producir irritabilidad y escozores", añadió Ameijeiras. Al cerrarse las escotillas de la bodega, cesaron las molestias para los 12 tripulantes del barco, que permanecen a bordo.

Dentro de la bodega continúa, no obstante, la descomposición de la carga, a una elevada temperatura de unos 130 grados, dado que la reacción química produce oxígeno, lo que permite retroalimentar la combustión incandescente del fertilizante. Pero no hubo en ningún momento ni humo ni incendio, insistieron tanto el Ministerio de Fomento como el delegado del Gobierno. Y la combustión dentro de la bodega cerrada a cal y canto, se está controlando mediante infrarrojos.

Técnicos de la Xunta están estudiando posibles tratamientos para acabar con la descomposición del cargamento. Una de las soluciones más eficaces consiste en regar con agua el fertilizante. Pero el armador, también holandés, se opone radicalmente por el coste económico que implica perder la mercancía. Sin embargo, es muy probable que gran parte del fertilizante sea ya inservible, según indicaron fuentes oficiales. Los dos remolcadores enviados por Salvamento Marítimo, el Don Inda, el moderno barco con base en Corcubión y especialmente equipado para contaminaciones marinas, así como el Ibaizábal I, mantienen al Ostedijk amarrado a contraviento para posibilitar que los gases iniciales se fuesen hacia mar adentro y que se ventilase el interior del buque.

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El delegado del Gobierno insistió en que se trata exclusivamente "de un incidente con la carga" de un barco sin anomalías. Incluso anució que, una vez controlada la descomposición del fertilizante, se dejaría seguir hacia Valencia. Esa decisión fue la que adoptó el gabinete de crisis a última hora de ayer. Al cierre de esta edición, el Ostedijk se disponía a navegar rumbo a su destino con la misma combustión en sus bodegas, pero ya sin humo en el interior del barco y con un seguimiento continuo de los efectivos de Salvamento Marítimo.

El buque 'Ostedijk', ayer por la tarde, en una imagen tomada desde un helicóptero a 14 millas de la costa.
El buque 'Ostedijk', ayer por la tarde, en una imagen tomada desde un helicóptero a 14 millas de la costa.EFE

Reviviendo el 'Prestige'

El recuerdo del Prestige estuvo omnipresente durante la larga jornada de ayer, que comenzó con la llamada de auxilio del capitán del 'Ostedijk',, a las 2.30 horas de la madrugada. Treinta minutos después, se constituyó un centro de operaciones en la Torre de Control de A Coruña. Las condiciones meteorológicas, con un temporal similar al que había hace cuatro años cuando se accidentó el petrolero, así como la inicial incertidumbre sobre la reacción química que podía producir, hicieron inevitablemente pensar en el Prestige y su alejamiento de la costa. Ayer, también se llevó al carguero holandés mar adentro, "a una distancia de seguridad".

El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, se apresuró a ofrecer a la Xunta su ayuda y experiencia durante la crisis del 'Prestige'. Y el alcalde de A Coruña, Javier Losada, hizo llegar su preocupación desde Ginebra.

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