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Entrevista:Penélope Cruz | Actriz

"Tengo el mismo miedo de siempre"

Rocío García

La madrugada de un martes le sorprendió con la candidatura de un Oscar como mejor actriz por su papel de Raimunda en Volver, de Pedro Almodóvar. Apenas seis días después, un domingo, el cine español se rindió ante su tesón, su fuerza y trabajo, y le premió con el Goya a la mejor intérprete femenina. El jueves siguiente, en su casa de las afueras de Madrid, un día antes de viajar de nuevo a Los Ángeles, Penélope Cruz se preguntaba en voz alta: "¿De verdad me está pasando a mí esto?". Eran las cuatro de la tarde y comía un plato de espaguetis. A su lado ronroneaba una bonita gata de nombre Raimunda. Su vida sentimental y su película con Woody Allen, con el que rodará en verano en Barcelona, son los únicos asuntos a los que no contesta. Sin embargo, Penélope Cruz, tras hacerse oficial su participación en el proyecto del director neoyorquino, aseguró por correo electrónico desde Los Ángeles: "Woody siempre ha sido uno de mis directores y escritores favoritos. Estoy contentísima por la oportunidad que me está dando, porque siempre he soñado con trabajar con él. Es uno de los maestros del cine americano y estoy deseando ponerme en sus manos. No puedo contar nada sobre el guión, pero me encanta". El próximo domingo competirá por el Oscar con Judy Dench, Helen Mirren, Meryl Streep y Kate Winslet.

"Woody Allen es uno de los maestros del cine americano, y estoy deseando ponerme en sus manos"
"Cogí unos cuantos kilos para la película, y no pienso quitármelos porque me siento mucho mejor así"
"En mi carrera he vivido momentos en los que me alababan y otros en los que me menospreciaban"
"Estoy cansada e inquieta, porque han sido muchas emociones y muy seguidas"

Pregunta. ¿Ha sido la semana más importante de su carrera profesional?

Respuesta. Ha sido una semana de celebraciones, que todavía no me creo del todo. Todo ello ha sido consecuencia de muchos años de trabajo y de todo lo que le debo a la gente que desde un principio me ha ayudado y animado. No es únicamente el esfuerzo y el mérito de uno solo. No es algo de lo que esté disfrutando yo sola, sino mucha gente que ha estado conmigo desde el principio, desde hace 16 años. Es una semana que por sí sola no existe. Lo de esa semana ha sido fruto y acumulación de todo lo que he vivido, de las cosas buenas, de las no tan buenas, de las películas que han salido bien y de las que han salido mal. Todas, las 35 películas que he hecho, me han enseñado algo.

P. Ha hecho historia. Se ha convertido en la primera actriz española candidata a un Oscar. Ha recogido su segundo Goya [el primero fue en 1999 por La niña de tus ojos]. ¿Cómo se digiere?

R. Que haya sido todo en la misma semana es surrealista. Estoy cansada e inquieta, porque han sido muchas emociones y muy seguidas. Aunque son cosas muy buenas, que todo haya sucedido tan rápido a veces es difícil de asimilar. Estoy intentando disfrutar de cada día. Llevo unos meses con mucho ajetreo, mucho vaivén, mucho viaje, y estoy intentando cuidarme más que nunca. Yo siempre me cuido mucho, soy muy obsesiva con eso.

P. ¿En qué sentido?

R. Me obligo a tener todos los días ratos para mí, descansar muchísimo, respetando las horas de comer y dormir. Es muy fácil entrar en una dinámica de la locura, del ritmo, del caos total, de los horarios. Sólo este mes he cruzado el Atlántico seis veces. Reconozco que a veces me paso en los cuidados, porque necesito encontrar un orden en mi vida. Intento ser muy estricta con mi salud y mis horarios. Si no hiciera eso no disfrutaría lo que está pasando y me sentiría mal conmigo misma.

P. ¿Cómo cambia esto a una persona?

R. Todas las experiencias que he vivido en todos estos años me han ido cambiando, pero de la misma manera que me hubiera cambiado cualquier trabajo. Hay veces que los cambios se malinterpretan, sobre todo, en las profesiones que tienen un lado público. Parece que si cambias es malo y no es así. Todas las personas cambian.

P. ¿Puede uno protegerse de todas las alharacas de su alrededor? ¿Se pierde con facilidad la cabeza en Hollywood?

R. He aprendido a protegerme de lo negativo, porque en mi carrera he vivido momentos en los que te alaban y otros en los que te menosprecian. Es algo que hace fuerte a una persona y lo valoro como un aspecto positivo. He pasado muchas pruebas en ese sentido. Igual que he tenido que aprender a protegerme de lo negativo, he aprendido también a protegerme de lo positivo. He aplicado las mismas reglas. Cuando uno vive una situación de muchos halagos, hay una parte de mí que se protege mucho. Soy la primera autocrítica conmigo misma, pero cuando decido hacer un trabajo me lanzo a ello sin pensar en más opiniones. Las cosas son siempre muy relativas y las opiniones también. Tengo el mismo miedo de siempre. Eso no ha cambiado, eso está intacto. Estoy preparando la siguiente película y sigo teniendo el mismo miedo, las mismas dudas. He vivido los dos lados, las alabanzas y las críticas. Después de mi primer Goya por La niña de tus ojos pasé una temporada en la que me tocó que me dieran mucha caña. Te acostumbras a eso y aprendes a mirarlo como algo relativo, que te enseña muchas lecciones de la vida, de lo impermanente, del valor relativo de las opiniones.

P. ¿Ha encontrado en Hollywood momentos de hostilidad, de oscuridad?

R. Muchísimos. Todo tiene sus pros y sus contras. En Hollywood no todo es de color de rosa. He conocido gente maravillosa, tengo amigos allí que lo son para toda la vida. El problema es que cuando hablas de esto es fácil que se interprete como si fueras de víctima y no me gusta nada quejarme, porque mi trabajo tiene muchas más cosas positivas que negativas. Lo más duro para mí fue el principio, me fui con un billete de ida y vuelta porque me iba a hacer un trabajo concreto. Pero luego todo el tiempo que me pasé allí preparando la siguiente película, hablaba muy poco inglés, no conocía a nadie y tuve momentos de una soledad absoluta, pero nadie me obligó a quedarme. En Hollywood claro que te ponen pruebas a nivel personal, porque no toda la gente es honesta o juega limpio. Tienes que estar muy alerta. Lo interesante es saberlo, aprenderlo, porque al que no esté alerta es fácil que le llegue a arruinar la vida, pero como en todos sitios. ¿Dónde no pasa? En todos sitios te encuentras con gente en la que puedas confiar y en la que no. Lo que es verdad es que en Hollywood esa gente recuerda al comportamiento típico de lo que imaginamos fue el viejo Hollywood. Las manipulaciones, las intrigas.

P. Aunque desde un principio ha considerado que el premio ya lo tiene con la candidatura a los Oscar, en algún momento habrá pensado o soñado con él.

R. Llevaban meses diciendo que me iban a nominar, pero juro que ese día no me lo creía. Todavía no me lo he creído del todo porque todo va tan rápido. Se me olvida, y cuando me vuelvo a acordar me vuelve a sorprender. ¿De verdad me está pasando esto?

P. ¿Cree que tienes alguna posibilidad?

R. No, no. Lo digo totalmente de corazón. Sería una grandísima sorpresa que el Oscar no lo ganara Hellen Mirren, porque se lo merece. Estoy compitiendo con monstruos de la interpretación. Meryl Streep ha sido mi actriz favorita de siempre. Me ha tocado un año muy fuerte y eso es muy positivo. Lo bueno de que te nominen es que ya no ves como imposible que te puedan llegar a nominar otra vez en tu vida, antes lo veía imposible. No tengo referencias, bueno, sí, la de Javier [Bardem por Antes de que anochezca]. Me hace mucha ilusión, porque Javier y yo empezamos la carrera juntos, y que hayamos sido los dos actores españoles nominados me parece muy especial por lo que vivimos entonces con Jamón, jamón. Yo tenía 16 años. Fue entonces cuando me convertí en adicta al cine.

P. Durante mucho tiempo no tuvo una muy buena relación con esa película.

R. Nunca me he arrepentido de hacerla. En ningún momento he dudado de que fuera una buenísima película. Estaría loca si dudara de su calidad y de la oportunidad que me dio Bigas. Lo que pasa es que después de hacer Jamón, jamón no me apetecía que me encasillaran en una dirección en la que yo no quería. Tuve mucha suerte de hacer inmediatamente después Belle époque.

P. ¿Con Volver empieza su auténtica y seria carrera en Hollywood?

R. Todo lo que he hecho en Hollywood tiene un significado para mí. Hay algunas películas que me gustan más que otras, en unas estoy mejor que en otras. Para mí es muy importante ser agradecida y no me sentiría bien si tuviera que tirar todo eso por la borda y empezar de cero.

P. Almodóvar dijo el día que se hizo pública su candidatura a los Oscar que no había tenido suerte con los proyectos americanos. ¿Está de acuerdo?

R. Pedro se refería a que yo podía dar más como actriz, que podía haber hecho cosas que me exigieran más a nivel emocional, pero eso creo que también llega con el tiempo. Es verdad que a raíz de Volver me están ofreciendo unos proyectos que me exigen más, pero yo tengo cariño a todas las películas que he hecho allí. No me arrepiento de ninguna, de casi ninguna.

P. ¿Hará cambiar esto su carrera?

R. El personaje de Volver creo que ha sido el más difícil que he hecho nunca. A lo mejor si no te ven hacerlo no se imaginan que puedas hacerlo, más todavía si eres una actriz extranjera. Ésa es la puerta que me ha abierto esta película. Hacer ver a determinado tipo de gente que eres capaz de hacer esto. Como actor dependes de la confianza de los demás, todos los actores queremos material difícil, que nos exija, pero no depende sólo de nosotros. Por eso yo a Pedro y a todos los directores que me han dado un empujón en esa dirección les estoy sumamente agradecida. Es verdad que ahora tengo una edad que me pueden ofrecer un tipo de personajes que antes no podían.

P. ¿Qué tipo de proyectos tan diferentes le han ofrecido?

R. En cuanto resolvamos un problema de fechas voy a hacer una película basada en El animal moribundo, la novela de Philip Roth, uno de mis escritores favoritos. Es una historia de amor preciosa entre una chica de 25 años y un señor de casi 60. Lo que todavía no está cerrado es el nombre del director. Los productores son los mismos de Million Dollar Baby y Ben Kingsley es el actor.

P. Almodóvar también hizo alusión a cómo le ha afectado en su carrera la fama de sus parejas sentimentales.

R. De eso no quiero hablar.

P. ¿Pero cree que, como dijo Almodóvar, le han afectado negativamente?

R. No. Sé a lo que se refiere Pedro, pero es algo que siempre se malinterpreta. Muchos de mis compañeros de interpretación sienten lo mismo que yo. No nos gusta aparecer en las revistas del corazón porque ése no es el motivo por el que decidimos dedicarnos a la interpretación. Lo que pasa es que estés con quien estés, y más si se dedica a lo mismo que tú, hay doble interés. Pedro se refería a eso.

P. ¿Le agobia?

R. No. Si pudiera escoger me encantaría tener menos ese tipo de atención, pero sé que es muy difícil. Ése no es el plato favorito de casi nadie y menos de los artistas que viven de su trabajo.

P. Volver ha devuelto a la Penélope más sensual, a esa imagen de las actrices italianas de los cuarenta y cincuenta. ¿Le gusta esa estética?

R. El personaje de Raimunda necesitaba eso, ésa era la estética del personaje. Incluso me preocupé de no perder peso, porque en los rodajes suelo adelgazar. Y luego mi famoso culo falso. A los americanos les encanta hablar de ese tema. El otro día, hablando en una mesa redonda con Hellen Mirren y otros actores, Hellen contó que ella también lleva un culo falso en The Queen. Qué alegría me llevé. En Estados Unidos te lo preguntan con un poco de retintín porque allí les sorprende mucho. No entienden que una actriz le diga a un director que acepta llevar un culo más grande. Me lo han preguntado cientos de veces. Es muy fuerte verlo desde ese punto de vista, porque Pedro y yo le dedicamos diez segundos a esa decisión. ¿Culo falso?, nos preguntamos. Lo probamos y nos gustó por cómo afecta a los andares de mi personaje. No hubo más discusión.

P. Pero este modelo sensual está algo alejado de la estética que impera en Hollywood, con actrices tan delgadas.

R. Sí, pero por eso mismo les encanta la estética de Raimunda. Hay mucha gente también en Los Ángeles cansada de esa obsesión por la extrema delgadez. Cogí unos cuantos kilos para la película y no me los pienso quitar porque me siento mucho mejor así. He tenido tendencia a estar demasiado delgada y ahora me siento mejor. En Los Ángeles me miran como una marciana cuando digo eso, aunque en España no sorprende a nadie.

P. En Hollywood también debes de ser de las pocas que no ha pasado por la cirugía estética.

R. ¡Pero si tengo 32 años!

P. Hay muchas actrices de su edad que ya han pasado por el quirófano.

R. Hoy he visto a Geraldine Chaplin en una entrevista en la televisión que decía que estaba trabajando mucho últimamente porque era una de las pocas actrices con arrugas y le estaban ofreciendo todos los personajes de abuela. Quien se vaya a encontrar más cómodo consigo mismo que pase por el quirófano. Yo no juzgo para nada esa decisión. Como decía uno de los personajes de Todo sobre mi madre, "uno es más feliz cuando se parece a la imagen que ha soñado de uno mismo". Estoy de acuerdo con eso. Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Yo con 32 años, no me lo planteo para nada. Que cuando tenga 50 me plantee hacerme un retoque de algo no lo sé...

Penélope Cruz, el día que recogió en Madrid el Goya a la mejor actriz por <i>Volver</i>.
Penélope Cruz, el día que recogió en Madrid el Goya a la mejor actriz por Volver.CRISTÓBAL MANUEL
Penélope Cruz, en su casa de Los Ángeles cuando anunciaron las candidaturas a los Oscar en fotos tomadas por su padre, Eduardo Cruz. Arriba, a la izquierda, en el pasillo, un minuto antes del anuncio. Debajo, cuando oyó su nombre. A la derecha, 15 minutos después ya estaba maquillada y peinada.
Penélope Cruz, en su casa de Los Ángeles cuando anunciaron las candidaturas a los Oscar en fotos tomadas por su padre, Eduardo Cruz. Arriba, a la izquierda, en el pasillo, un minuto antes del anuncio. Debajo, cuando oyó su nombre. A la derecha, 15 minutos después ya estaba maquillada y peinada.

Fotos en familia

"Que sepas que estoy haciendo esto porque voy a leer tu nombre, así que más vale que te levantes", le advirtió su amiga la actriz Salma Hayek el 23 de enero. Esa misma madrugada, su padre, Eduardo Cruz, fotografió momento a momento esa jornada tan especial que iba a vivir su hija mayor, en su casa de Los Ángeles. Y al día siguiente, Elisabeth Taylor le envió un hermoso ramo de flores. Apenas nueve días después, todos esos recuerdos se agolpan en la memoria de Penélope Cruz en Madrid.

Hayek también le dijo que le enviaría señales mentales. A las dos de la madrugada (hora de Los Ángeles) Salma ya estaba en pie. Faltaban tres horas y media para leer, junto a Sid Ganis, presidente de la Academia de Cine de Hollywood, los nombres de los candidatos por las preciadas estatuillas de los Oscar. "Les dicen los nombres cinco minutos antes de anunciarlos. Están incomunicados, sin teléfonos. Salma me dijo que me mandaría señales mentales. Cuando me desperté me empezaron a llegar señales muy contradictorias. Me quedé en mi cuarto y oí a mi padre trajinando con el televisor. Me dijo: 'Penélope, puedes salir ya del cuarto que sabemos que estás despierta'. Dejé de fingir y salí. Iba por la casa como una zombi. Me senté en el suelo y ahí escuché mi nombre". Le entró un ataque de llanto y risa. Enseguida se acordó de Almodóvar. Cuando su nombre no sonó entre los candidatos, le llamó por teléfono a Madrid. "Todo se lo debo a él".

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