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Reportaje:

Los alumnos Lorca y Ayala

Un facsímil muestra los expedientes académicos de los dos autores

Hace unos años, en el Instituto Padre Suárez, ubicado en pleno centro de Granada, aparecieron unos expedientes académicos muy especiales a nombre de dos de los ciudadanos más notables de la ciudad. Aquellos dos jóvenes, que nacieron en la misma ciudad, estudiaron en el mismo instituto, y cuyas fechas de nacimiento distan apenas ocho años, estaban llamados a convertirse en representantes de la literatura española de su siglo. Sus nombres, Federico García Lorca y Francisco Ayala. El primero fue asesinado durante los primeros días de la Guerra Civil. El segundo, tras un largo exilio que le llevó por países como Argentina o Estados Unidos, ha llegado a cumplir 100 años, por lo que se disculpa constantemente con muy buen humor.

El Ayuntamiento de Granada ha publicado una edición facsímil en la que se recogen los expedientes académicos de los dos escritores y de otros granadinos ilustres como Emilio Orozco, Melchor Fernández Almagro, Luis Mariscal o Francisco García Lorca, hermano del poeta.

Lamentablemente, del paso de Federico por el centro granadino no existen demasiados detalles. Cuando toda la familia García Lorca se trasladó a Granada, Federico se matriculó en el centro. Es bien sabido que en el de Fuentevaqueros nunca fue demasiado buen alumno. Sin embargo, los datos que existen en el centro constatan que superó las diferentes pruebas, aunque sus calificaciones disten mucho de las de su hermano Francisco.

Por su parte, el expediente de Ayala es el más detallado de todos los que obran en poder del centro, ya que recoge una prueba de acceso que se realizó al niño, que entonces contaba 10 años, y que superó sin dificultades. Aquel examen de ingreso extraordinario consistía en un análisis morfológico de un texto del Quijote y de una pequeña operación matemática. Además de esa prueba, en el expediente constan algunas de las calificaciones obtenidas por el autor de Muertes de perro, en las que se aprecia que el joven aprobaba matemáticas con un cinco, si bien en todas las demás materias su trayectoria fue intachable.

El responsable de la edición del facsímil, Juan de Dios Vico, calificó el examen de ingreso de Ayala de "entrañable" tanto por "su caligrafía increíble" como por "la edad del niño que afrontó aquella prueba", que difícilmente podría ser superada hoy por un joven de su edad. En el acto de presentación, Vico recordó que durante la celebración de su centenario le fue entregada a Ayala aquella prueba, que el escritor recibió "con lágrimas en los ojos".

Por su parte, el director del Instituto Padre Suárez, Rafael Ibarra, destacó el "gran valor pedagógico y científico" que su centro ha sabido transmitir desde su creación, ya que por él "han pasado ilustres granadinos que han dejado huella en la historia local, nacional e internacional". Pese a esto, lamentó que no se hayan podido incluir en la edición los expedientes de la poeta Elena Martín Vivaldi, de la que este año se celebra el centenario de su nacimiento, ni de Ángel Ganivet, ya que, pese a haber sido alumnos del centro, no queda constancia de ello en sus archivos.

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