¿Se investiga adecuadamente el clima en España?

La cumbre del Panel Internacional del Cambio Climático (IPCC) que se celebró la semana pasada en París ha puesto de manifiesto que el cambio climático no es una especulación de un grupo de científicos, sino una realidad cuantificable. Por lo que respecta a España, nuestro país se encuentra en una zona de especial vulnerabilidad. Frente a esta situación, es necesario establecer políticas de prevención, mitigar los posibles impactos y, además, hay que seguir investigando para comprender los mecanismos de variabilidad del clima y aumentar nuestra capacidad de prever su evolución, especialmente a escala regional, ya que todavía existen importantes incógnitas. Estas tareas son de gran complejidad y exigen un notable esfuerzo de cooperación y coordinación intergubernamental. Proyectos internacionales como Climate Variability and Predictability (Clivar), dependientes del programa mundial sobre clima de la ONU, se encargan de asegurar dicha coordinación. En España, numerosos grupos de investigación trabajan para aumentar nuestro conocimiento del clima, de cómo y por qué cambia y de cómo ello puede afectarnos, tanto en el ámbito global como regional y local. ¿Pero responden adecuadamente las instituciones de nuestro país, en concordancia con su estatus económico e internacional, al desafío que supone el estudio del cambio climático y la evaluación de sus posibles impactos?

Un reciente informe, redactado por más de 40 investigadores de la Red Temática Clivar-España (financiada por el Plan Nacional de I+D del MEC), hace un análisis detallado del estado de la investigación del clima en España (http://clivar.iim.csic.es/). En él se señala que, si bien se ha avanzado considerablemente en la última década y que existe un considerable potencial para seguir progresando -aumento del número de investigadores, de publicaciones científicas y de la participación española en proyectos y en foros de comunicación internacionales-, la comunidad científica española es claramente deficitaria en muchos aspectos, en particular, en aquellos relacionados con las infraestructuras, y los recursos económicos y humanos. El apoyo a la investigación sobre clima en España es muy limitado por parte del sector público e inexistente por parte del privado. El Plan Nacional del Clima, por su escasa dotación, no posibilita, aún, un desarrollo competitivo de las disciplinas científicas del clima. En particular es necesaria la creación de centros dedicados exclusivamente a la investigación del clima.

La falta de articulación y coordinación entre los diversos grupos y la dificultad de acceso a bases de datos institucionales dificultan así mismo la labor de los investigadores españoles. Estas deficiencias inciden en la productividad, y se reflejan, por ejemplo, en la escasa presencia de representantes españoles en los puestos directivos y de responsabilidad en organismos internacionales, tanto científicos como de gestión, decisión y planificación. Entre los más de 140 autores principales del último informe (AR4) del grupo de trabajo I sobre cambio climático del IPCC no figura ningún investigador español.

La aparición del cuarto informe del IPCC, en el que han participado de diferente forma diferentes científicos españoles, es una buena ocasión para que las Administraciones Públicas impulsen la investigación sobre el clima en España y la doten de los recursos e instrumentos necesarios que permitan dar el salto cualitativo que ahora se necesita. Existe amplio consenso entre la comunidad científica, tal y como pone de manifiesto el citado informe Clivar. Éste concluye que para subsanar las deficiencias mencionadas y aumentar nuestra capacidad y nivel investigador se debería crear una acción estratégica o similar que estimule e incentive la investigación multidisciplinaria sobre el clima en nuestro país. Se debería, también, aumentar la dotación presupuestaria para dicha investigación dentro del Plan Nacional de I+D, así como redefinir sus objetivos para que se ajusten a los de los grandes programas internacionales. Además, es necesario atraer investigadores reconocidos que abran nuevas líneas de investigación y potencien los grupos y líneas ya existentes, aumentar la dotación asignada para personal investigador en formación y personal técnico de apoyo, y crear una estructura que articule, coordine y potencie la investigación según las necesidades expuestas. Las instituciones públicas, en particular los Ministerios de Educación y Ciencia y el de Medio Ambiente, tienen la responsabilidad de vertebrar este esfuerzo.

Hoy, no mañana, es el momento de determinar cómo el cambio climático afectará al país y de poner en práctica estrategias de adaptación al calentamiento global, pero para ambas tareas es fundamental mejorar y ampliar nuestros conocimientos del clima pasado y presente en España. Solamente otorgando una alta prioridad a la investigación multidisciplinar en clima, acorde con el estatus económico del país y con su potencial vulnerabilidad, podremos afrontar este gran reto.

Además de Roberta Boscolo (Oficina Internacional Clivar) y Gregorio Parrilla (Instituto Español de Oceanografía), firman este artículo 14 científicos más, todos integrantes del Comité Red Temática Clivar-España.