La melodía incesante de la Gran Vía
Juan Mascuñano vive en la Gran Vía porque el silencio le da miedo. Y porque hace siete años lo perdió todo. "De lo que era a lo que soy...". Era programador informático, tenía una familia y una empresa. Ahora vive sin horarios pidiendo limosna en la calle. "Pero me lo tomo como un trabajo". Cada día gana entre 60 y 90 euros.