La nueva terminal del aeropuerto entrará en servicio sin comunicación por tren
El AVE no llegará, la línea 9 tampoco y la prolongación de Cercanías no está licitada
La nueva terminal del aeropuerto entrará en funcionamiento en 2008, pero sin conexión ferroviaria. Estaba previsto que llegara hasta ella el tren de alta velocidad, pero la falta de acuerdo sobre el trazado ha aplazado esta llegada de modo indefinido. La línea 9 tampoco llegará en esa fecha. La solución hubiera sido prolongar el tren de Cercanías que ahora muere en la terminal antigua, pero esa ampliación ni siquiera está aún licitada. El Gobierno catalán, consciente del problema, planteó el asunto al Ministerio de Fomento la pasada semana y ha empezado a buscar una solución provisional. De momento, los pasajeros tendrán que ir de una terminal a otra en autobús.
La pasada semana el Ministerio de Medio Ambiente aprobó la declaración de impacto ambiental que permitirá construir un túnel para prolongar la línea de Cercanías desde su ubicación actual (antes de los aparcamientos del aeropuerto) hasta la nueva terminal, también denominada Terminal Sur. Esto significa, explicó ayer el Ministerio de Fomento, que en un mes puede estar aprobado el proyecto y, en medio año, licitada la construcción del túnel. Una obra que no es nada sencilla, debido a que el subsuelo del aeropuerto es, casi todo él, un acuífero.
De modo que la terminal, si no hay retrasos en las obras, entrará en funcionamiento en 2008, pero sin conexión por tren. Los pasajeros deberán llegar hasta ella por tierra y dando una vuelta considerable porque entre una terminal y otra hay una pista de aterrizaje.
El Gobierno catalán sacó el asunto a colación en la entrevista mantenida la pasada semana para tratar de los diversos problemas ferroviarios que ha afectado en los últimos meses a Cataluña.
Mientras no estén listas las conexiones ferroviarias, el Ejecutivo autonómico ha encargado a la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) que elabore dos planes de movilidad para el aeropuerto. Uno, definitivo, para cuando todo esté en funcionamiento; otro, con carácter provisional, para resolver el problema de modo inmediato.
En un futuro, al que ninguna de las administraciones consultadas se atreve a poner fecha, el aeropuerto tendrá, cuando menos, una línea de metro (la línea 9) que servirá a las dos terminales. Entrará dando una vuelta por la zona opuesta al Llobregat. En paralelo, un segundo túnel llevará hasta la nueva terminal el tren de alta velocidad, aunque tampoco hay fecha para esta obra. Ni siquiera está aprobado el trazado definitivo. Además, la línea 10 de Cercanías (ahora va de la estación de Francia a Sants y al aeropuerto) se prolongará hasta la nueva terminal con un nuevo túnel que servirá, en su día, de salida también para el tren de alta velocidad. Para ello, las vías tendrán tres raíles. Los Cercanías utilizarán la banda ancha y los AVE la estrecha.
Mientras se hacen todas estas obras, que llevarán varios años, el plan del Gobierno catalán es que las dos terminales estén unidas por autobuses, tanto de servicio regular como por el Aerobus. Además, AENA pondrá un servicio de autobuses entre ambas terminales con una frecuencia de una salida cada siete minutos.
Pero se trata de soluciones parciales y provisionales, porque si la terminal sur es la llamada a tener el mayor número de movimientos y, por tanto, también de pasajeros, es evidente que el autobús (con una capacidad muy escasa) no es el método más adecuado para organizar la movilidad. Porque, además, el paso del autobús debe hacerse bordeando la primera pista. En estos momentos, los aviones que aterrizan en la tercera pista y se dirigen a la terminal tardan más de 12 minutos de media.
La prolongación de Cercanías salió a información pública en febrero de 2004, pero hasta la pasada semana no estuvo lista la declaración ambiental.
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