Cambio en la ecuación
Los empresarios volvieron a dominar el Foro Económico Mundial de Davos frente a estrellas, intelectuales y ON G
El Foro Económico Mundial que concluyó ayer en Davos se celebró bajo el lema del "cambio en la ecuación del poder". Esta transformación se ha dejado notar en el interior del centro de congresos del pueblo suizo por las diversas delegaciones. Primero, en cuanto a tipos de participantes. Salvo Bono (el cantante), las estrellas han estado ausentes. También se ha reducido el número de profesores e intelectuales que venían a desgranar sus teorías, y la visibilidad de las ONG, quizás porque el Foro de Davos ve que el rival Foro Social está disminuido, y los manifestantes se han quedado en casi nada.
Han vuelto a dominar los empresarios, que estuvieron en el origen de este Foro 37 años atrás. Ahora se ven muchas más mujeres entre ellos. Y mucho joven. El que más, de los que subieron a los estrados, Mark Zueckerberg, americano de 22 años, fundador y presidente de Thefacebook, una red social en Internet. De la responsabilidad social corporativa se ha pasado a insistir en la responsabilidad contra el calentamiento global un eje de los tres ejes de esta edición, siendo los otros dos, según recordó ayer Tony Blair en su despedida de Davos como el primer ministro británico, el comercio internacional y África. Fue un discurso centrado en los valores y en un multilateralismo "musculoso", aunque pasó de puntillas sobre Irak, conflicto para el que sólo hay "opciones malas" y ninguna buena, según el senador John McCain, aspirante a la Casa Blanca, que apoya la estrategia de Bush y se opone a una retirada.
Este año, muy pocos árabes. Y muchos chinos, ya no tanto funcionarios, sino empresarios. Menos políticos americanos que en anteriores citas, pero ni una traza de antiamericanismo, como si cundiera la resignación a casi dos años más de Bush y la convicción de que la política exterior americana cambiará después a mejor.
De hecho, según el financiero y filántropo George Soros, "hay que restablecer el Occidente" y le corresponde a Europa liderar esta tarea "y América debe reconocerlo". Ésta es una de las razones para su nuevo emprendimiento, junto a entre otros dedicados a hacer la acción pública más transparente con un presupuesto de 450 millones al año, el Consejo Europeo de Política Exterior, que pretende, obviando la crisis constitucional de la UE, llenar un vacío. En este proyecto, dijo, colaborará la española Fundación para las Relaciones y el Diálogo Exterior (Fride) y otros centros europeos.
La economía mundial va bien. Junto a los mercados emergentes con la gran preocupación, poco disimulada por empresarios americanos, con China y Oriente Próximo, y el regreso de América Latina, la verdadera estrella de Davos ha sido la comunicación y sus nuevos medios. El Foro ha entrado incluso en la vida virtual del programa o ámbito Second Life (donde ya penetró hace un tiempo Le Pen y su Frente Nacional). Incluso el fundador y presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, tiene su doble en Second Life. Y es que este Foro ha entrado ya en la Web 2.0 en el que se suponen reinan los usuarios.
Eso hemos ganado, pues de ciudadanos habíamos decaído en puros consumidores. Ahora hemos alcanzado la categoría -reina por un tiempo- de usuarios. Pues de lo que se ha discutido mucho es del "contenido generado por los usuarios", con el que han ganado mucho dinero los impulsores de YouTube, donde cada cual puede subir sus vídeos. Lo que no quita para que, como señalaron varios directivos de grandes medios de comunicación, el periodismo tenga futuro siempre que sea lo que siempre tiene que ser: "Buen periodismo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.