Los países pesqueros acuerdan sancionar la sobreexplotación del atún
Cada año se capturan dos millones de ejemplares y Japón consume el 25% del total
Vigilancia y sanciones. Los países pesqueros y consumidores de atún han acordado, en la ciudad japonesa de Kobe, un plan para evitar la desaparición de este animal marino, uno de los depredadores esenciales en la cadena trófica y un manjar, sobre todo en Japón. El acuerdo, que se revisará en 2008, implica hacer un seguimiento de cada uno de los 2 millones de animales que se capturan, para asegurar que se cumplen las cuotas y los tamaños mínimos establecidos. Los infractores se someterán a un régimen de sanciones. Los ecologistas creen que el plan se queda corto.
El primer plan mundial de acción para salvar al atún de la sobreexplotación pesquera fue aprobado ayer por los cinco organismos regionales -uno por cada cuenca marina- en Kobe. La elección de Japón como sede del encuentro fue algo más que simbólica. Este país asiático es el mayor consumidor del mundo de atún. A él van a parar una cuarta parte de todas las capturas de las cinco grandes especies de este animal, entre ellas las del codiciado atún rojo (Thunnus thynnus), llamado bluefin en inglés, cuyas altas propiedades nutritivas hacen que sea una de las especies más amenazadas.
Además, la demanda estimula la pesca ilegal, fomentada por la carencia de un registro eficaz de las capturas. Las granjas no son una solución, ya que para alimentarlos hay que pescar gran cantidad de otras especies.El plan fue elaborado por unos 300 delegados más de 60 países -como España- y regiones participantes en la reunión, a la que se sumaron, como observadores, representantes de la industria pesquera, grupos reguladores y de protección de la naturaleza.
Entre las medidas que incluye el plan se encuentran la vigilancia en las diferentes regiones del planeta de las poblaciones de atún, mediante el control de las flotas y la mejora del intercambio de datos en las Organizaciones Regionales de Control de Pesca (RFMO en inglés). Además, incluye un mecanismo para seguir la pista a cada pez desde su captura hasta su salida al mercado, lo que haría más difícil la pesca furtiva, así como la aplicación de medidas penales y sanciones para frenar la pesca ilegal, no registrada y no regulada tanto para los miembros de las RFMO como para aquéllos que no lo son.
Asimismo, introduce un sistema de revisión para evaluar la actuación de los cinco organismos de las RFMO y llama a recuperar las existencias, a minimizar el daño medioambiental de la industria y a que se dé asistencia adecuada a los países costeros menos industrializados, lo que incluye el desarrollo de recursos humanos para que combatan las capturas ilegales.
"Quizá el paso que hemos dado esta semana parezca pequeño, pero es un gran paso, un paso histórico", aseveró el presidente de la reunión, Masanori Miyahara, de la Agencia de Pesca de Japón, quien subrayó que la conferencia logró más que lo que se esperaba de ella, aunque "es sólo el principio de una dura tarea".
Sin embargo, los conservacionistas critican el plan porque dicen que no impone un control suficiente sobre la industria pesquera. "Consideramos esta reunión un fracaso porque no ha conseguido acordar ninguna acción concreta y lo único que se ha convenido es reunir más datos y hablar con mayor frecuencia", indica el Fondo Mundial para la Naturaleza en un comunicado.
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