Dos años en libertad provisional para el ex jefe de personal de VW
La audiencia provincial de Braunschweig condenó ayer al ex jefe de recursos humanos del consorcio automovilístico Volkswagen (VW) Peter Hartz, a dos años de cárcel en libertad provisional y una multa de 576.000, equivalentes a 360 días de salario a razón de 1.600 diarios, por 44 casos de desfalco y entregas ilegales de fondos a los miembros del comité de empresa. La condena respeta el pacto acordado entre la defensa y la fiscalía. A cambio de reconocer su culpabilidad y por carecer Hartz de antecedentes, el acuerdo evita un juicio oral. Hartz, de 65 años, no irá a la cárcel y evitó el bochorno de que declarasen las prostitutas que le prestaron sus servicios a él y a los miembros del comité de empresa, y con las que se corrieron las grandes juergas y fornicaron a costa de VW.
La condena de Hartz cierra el primer proceso relacionado con uno de los mayores escándalos de una gran empresa alemana. Es el primer caso de un alto ejecutivo condenado por lo que se puede definir como soborno del representante de los obreros en la cogestión empresarial.
VW podría ahora reclamar a Hartz el pago de hasta dos millones de euros, la cantidad que dedicó a ganarse la voluntad del poderoso presidente del comité de empresa Klaus Volkert, que ya pasó tres semanas en la cárcel por el mismo asunto. No parece que Hartz vaya a tener que hacer frente a una reclamación por parte de VW. Según todos los indicios, con su confesión y condena Hartz asume la culpa y libra de responsabilidad a otros directivos más altos de VW, en concreto a Ferdinand Piëch, el actual presidente del consejo de vigilancia y director ejecutivo cuando se produjeron los hechos juzgados.
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