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El conflicto de Irak

EE UU lanza una ofensiva para controlar barrios insurgentes del centro de Bagdad

Los combates se saldan con la muerte de 30 milicianos y un militar estadounidense

Las fuerzas de seguridad iraquíes y el Ejército estadounidense pusieron en marcha en la madrugada de ayer una gran ofensiva en una zona del centro de Bagdad controlada por la insurgencia suní. A última hora de ayer el saldo del combate era de un soldado estadounidense y 30 insurgentes muertos, y otros 35 milicianos detenidos. El ataque, que comenzó al alba con fuego de morteros y ametralladoras pesadas, se centró en zonas aledañas a la calle de Haifa, un área de frecuentes enfrentamientos. El control de los barrios suníes es clave para el éxito del nuevo plan de Bush para Irak.

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La ofensiva comenzó al amanecer, con un intenso fuego de morteros y ametralladoras pesadas de las fuerzas iraquíes y estadounidenses, apoyados por varios helicópteros norteamericanos que disparaban con todo lo que tenían. Tras el fuego pesado, las tropas, protegidas por vehículos blindados, comenzaron a avanzar sobre los barrios suníes aledaños a la calle Haifa, según contaron varios vecinos a la agencia Reuters.

El corresponsal de la BBC en Bagdad, Mike Wooldridge, informó de que los testigos vieron a los insurgentes levantar barricadas y responder al ataque disparando fusiles lanzagranadas, morteros y ametralladoras de gran calibre. Esta primera resistencia fue prácticamente barrida por los helicópteros y, partir de ese momento, la batalla en cada calle, cada rincón y cada esquina se prolongó durante casi toda la jornada de ayer en la calle Haifa. La ofensiva se extendió a los aledaños barrios de mayoría suní Al Fahama, Al Mushahada y Sheij Ali.

El portavoz del Ministerio iraquí de Defensa, Muhamad al Askari, en declaraciones al canal de televisión estatal Al Iraqiya, afirmó que "30 terroristas murieron durante la operación militar" y que 35 habían sido detenidos, ente ellos cuatro egipcios y un sudanés. Aunque las fuerzas iraquíes no informaron de bajas en sus filas, el mando militar estadounidense sí reconoció que al menos un soldado murió y otros dos resultaron heridos en los combates del centro de Bagdad. La Comisión de Ulemas Musulmanes, la máxima autoridad suní en el país árabe, inmediatamente condenó la operación, a la que calificó de "genocidio".

Las autoridades militares estadounidenses se apresuraron a explicar en un comunicado que la operación tenía como objetivo erradicar las actividades de las milicias ilegales y ayudar a las tropas iraquíes a recuperar el control de la zona. La nota agrega que "esta operación no va sólo contra los suníes en armas, sino que tiene el objetivo de aislar a todos los grupos armados con rapidez y devolver la seguridad a esta zona importante del centro de Bagdad".

El Gobierno iraquí afirmó ayer que la operación se puso en marcha gracias "a informaciones precisas de los servicios secretos", y negó que fuera parte del nuevo plan de seguridad de Washington, a pesar de que la semana pasada llegó a Bagdad una avanzadilla de los 21.500 soldados de refuerzo que Bush enviará a Irak. El grueso de estas tropas tiene como objeto asegurar el control de Bagdad.

Por otra parte, el Pentágono confirmó ayer que el jefe médico militar de EE UU en Irak, el coronel Brian Allgood, es uno de los 12 muertos tras estrellarse un helicóptero cerca de Baquba el sábado, que al parecer fue derribado. Los fallecidos eran todos militares de alta graduación.

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