"El colapso da ganas de irse"

Más de una hora llevaba esperando a que la llamaran Leonor Real Monrosis (Sevilla, 1969), que acudió a las urgencias del hospital de Jaén desde su domicilio en Martos (Jaén) por un dolor intenso en el pecho. "Cuando he visto el colapso y la aglomeración de personas me han dado ganas de irme, pero bueno aguantaré", afirma resignada. Leonor, una educadora que dirige un centro infantil en Martos, no frecuenta demasiado los servicios de urgencias, pero sí que es más asidua al maternal por las indisposiciones de alguno de sus tres hijos.

En esta ocasión tenía claro su destino, sin pasar antes por su médico de cabecera: "No he ido a mi centro de salud porque no hay servicio de radiología, y por eso he decidido venirme aquí directamente". Sin embargo, cree que no todos los usuarios de las urgencias son igual de responsables. "Mucha gente acude por comodidad, por no pedir cita en sus centros de salud, o para cosas insignificantes", subraya, poniendo como ejemplo un vecino suyo que ha acudido al hospital porque se le ha salido una sonda. La queja generalizada entre los usuarios es el elevado tiempo de espera, que supera las tres horas a veces. Por lo demás, Leonor valora la atención médica. Tanto es así que se cambió de la sanidad privada a la pública. Es consciente, en cualquier caso, que la saturación de las urgencias va en detrimento de la atención que reciben: "Si hay muchos enfermos esperando, los médicos te atienden más rápido".