La cuarta ampliación del metro

La cuarta ampliación del metro desde que en 1995 abriese su primera línea entre Bilbao y Plentzia llega hoy a Portugalete. Los casi 50.000 vecinos beneficiados han ido viendo cómo en 1997 el suburbano se prolongaba hasta el barrio bilbaíno de Santutxu, que en 2002 se inauguraba el primer tramo de la Línea 2, la que recorre la Margen Izquierda, hasta Barakaldo y cómo en enero de 2005 se extendía un poco más, hasta el centro de Sestao y, en la Línea 1, a Etxebarri.

Después de la tortuosa construcción de la primera línea entre Bilbao y Plentzia, que se prolongó durante siete años, pese a que se aprovechó gran parte de la anterior línea de Euskotren de la Margen Derecha, las autoridades decidieron en 1999 poner en servicio las estaciones según se iban terminando los tramos. Después de Portugalete, está pendiente la llegada a Santurtzi en 2008 y a un barrio de este municipio, Kabiezes, y la localidad de Basauri, previstas para 2010.

Los vecinos aguardan expectantes, pero los comerciantes temen una fuga de clientes

El nuevo trazado ha precisado de tres años y medio de obras para un recorrido de 1,7 kilómetros que ha costado 58 millones de euros, financiados, como el resto del metro, por la Diputación de Vizcaya y el Gobierno vasco a partes iguales. Todo el trayecto es subterráneo y los últimos 300 metros construidos, en dirección a Santurtzi, dejan el espacio preciso para los giros de los convoyes en la estación de Portugalete. En esta zona pernoctarán las unidades para dar mayor agilidad a la explotación del servicio.

Como ha sucedido en los restantes municipios que han ido abriendo estaciones de metro, la llegada del transporte más utilizado y valorado de Euskadi hace prever una transformación social en Portugalete. "Lo esperamos con mucha expectación", asevera Javier Aranburuzabala, responsable de la principal asociación de comerciantes de la localidad. "Nos acerca a otros sitios y acorta las distancias", opina el alcalde, el socialista Mikel Cabieces.

En un municipio con fuerte tradición comercial y atractivos como el Puente Colgante de Vizcaya, declarado en julio pasado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, o su casco histórico, la llegada del suburbano puede espolear el turismo.

Sin embargo, también hay preocupaciones: los comerciantes temen la fuga de clientes con un transporte que en 20 minutos les va a dejar en el centro de Bilbao. "Han visto lo que ha pasado en los otros sitios [como Barakaldo], donde la gente se ha ido a comprar a Bilbao", asegura el primer edil.

Aranburuzabala admite ese nerviosismo en el sector comercial. "Sabemos que en los primeros meses habrá más fugas, pero no queremos dar una sensación de pesimismo y tenemos que ser capaces de dar la vuelta a la tortilla". A su juicio, se debe aprovechar que en los dos próximos años Portugalete "será el principio y el final de la línea, con lo que va a haber gente de otros municipios que van a venir a coger al metro. Hay que conseguir que esa gente circule por el municipio".

Salvando los temores de los comerciantes, en el resto de la localidad se rezuma optimismo. Los tres años y medio de obras han causado multitud de molestias y el metro se ve también como clave para reducir la circulación de vehículos, en muchas ocasiones caótica en un municipio de calles estrechas y empinadas. "Va a haber menos entrada de coches y menos que salen", afirma Cabieces, quien cree que el metro y la construcción en los próximos años de 6.000 plazas de aparcamiento subterráneo y de superficie aliviará el tránsito.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, inaugurará, a las 11.30 esta infraestructura al transitar en el primer viaje por las dos nuevas estaciones: Abatxolo y Portugalete. Tras un acto popular, a las cuatro de la tarde se abrirá el servicio regular, que podrá ser usado gratis por los vecinos: a cada familia de Portugalete se le ha facilitado un Creditrans de dos euros.