Rajoy se atrinchera contra la oferta de Zapatero de un gran frente anti-ETA

El pleno que celebró ayer el Congreso sobre política antiterrorista tras el atentado mortal de ETA certificó en una sesión bronca la enorme fractura que divide a PSOE y PP, los dos grupos políticos que han gobernado en España en los últimos 24 años. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asumió su error al lanzar un mensaje optimista sólo 24 horas antes del ataque terrorista de Barajas, y a partir de ahí planteó una nueva alianza de todas las formaciones contra ETA que el líder de la oposición, Mariano Rajoy, despreció.

"Quiero reconocer el claro error que cometí ante todos los ciudadanos españoles", señaló Zapatero en la primera de sus intervenciones. El presidente defendió su intento de acabar con la violencia terrorista a través del diálogo y, reconocido el fracaso, reclamó el apoyo de todos los partidos para conseguir "un gran consenso contra el terrorismo".

Para ello anunció una reunión con el PP dentro del Pacto Antiterrorista y una ronda del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el resto de las fuerzas políticas para conformar ese consenso. Zapatero aclaró que "nunca habrá diálogo con violencia ni con intentos de perpetuar la violencia".

Rajoy encadenó en su respuesta múltiples descalificaciones dirigidas al presidente del Gobierno y negó el apoyo de su partido a un nuevo acuerdo antiterrorista con las fuerzas políticas y sociales. "Lo que usted propone es la carabina de Ambrosio. Quiere un acuerdo que no pretende derrotar a ETA, en el que figuren todos los defensores de Batasuna, de sus razones y de sus conflictos. ¿Qué pintamos ahí nosotros? Yo, nada. Usted, tampoco".

El líder de la oposición rechazó la vía del diálogo para acabar con la violencia terrorista y sentenció: "Si usted no cumple con lo que quieren los terroristas, entonces ponen bombas; y si no hay bombas es porque ha cedido". Zapatero pidió, sin éxito, que retirase esa frase.