Correa promete una reforma política y la creación de un ministerio de la migración

El nuevo presidente de Ecuador, Rafael Correa, juró ayer el cargo arropado, entre otros, por los presidentes de Venezuela, Bolivia e Irán; y mandatarios de una izquierda más moderada como el brasileño Lula da Silva o la chilena Michelle Bachelet. Una de las mayores incógnitas es el bando del que estará más cerca Correa. El presidente ecuatoriano, el octavo en un último decenio muy convulso para el país, convocó ayer una consulta popular para el 18 de marzo con el objetivo de que el pueblo decida si desea una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución.

Correa prometió en su primer discurso crear un ministerio de la migración y la renegociación de la deuda exterior.

El líder del movimiento Alianza País, que se define como un "humanista cristiano de izquierda", arremetió contra el neoliberalismo y recordó que "el espíritu de Simón Bolívar ronda América Latina para impulsar una verdadera revolución democrática (...) Un cambio radical, profundo y rápido del modelo vigente de explotación y de injusticia. La revolución ciudadana recién se ha iniciado y nadie la podrá parar. Nuestras clases dirigentes han fracasado", aseveró.

Correa, un economista de 43 años, dijo que su política de gasto público consistirá sólo en utilizar al máximo el ahorro interno y en endeudarse sólo para lo estrictamente necesario. "Renegociaremos la deuda exterior (...) Pagaremos lo que podamos sin comprometer los objetivos sociales", señaló. "Con la nueva política económica, Ecuador comenzará a independizarse de los organismos internacionales de crédito, representantes de paradigmas e intereses extranjeros, pues los créditos multilaterales son las nuevas formas de subordinar a nuestros países", enfatizó.

El presidente ecuatoriano también quiere poner en marcha una reforma constitucional a fondo para acabar con lo que él llama "clientelismo" político. El proyecto fue respaldado por los presidentes venezolano, Hugo Chávez, y boliviano, Evo Morales, que ya hicieron o quieren hacer lo propio en sus países.

Con relación a la migración, Correa señaló que "se creará la Secretaría Nacional del Migrante, con rango ministerial, para velar por el bienestar de nuestros compatriotas en el extranjero".

Pero la nota, sin duda, la dio el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quien declaró que "Estados Unidos está en guerra con el mundo entero, y eso incluye a los latinoamericanos". Preguntado sobre la acusación de Washington de una injerencia iraní en Irak, Ahmadineyad respondió: "Quienes están a 10.000 kilómetros de su país y tienen 160.000 soldados en Irak son los estadounidenses, no los iraníes".