Pescanova echa las redes en tierra
El mayor pescador de Europa invierte 300 millones en acuicultura para no depender del mar
Pescanova tiene en marcha una inversión de 300 millones de euros para duplicar la producción de acuicultura. El plan estratégico de la compañía gallega se propone que, antes de 2010, la mitad de su pescado proceda de piscifactorías. La firma ya ha iniciado los trámites para construir las dos plantas de cultivo de rodaballo más grandes del mundo en Mira (Portugal) y en la costa de Lugo.
La compañía gallega quiere que los peces y mariscos cultivados aporten la mitad de su producción pesquera en el plazo de cuatro años
El mayor pescador de Europa se está haciendo granjero. Pescanova quiere que, a partir del año 2010, el 50% de sus productos proceda de peces y mariscos cultivados en piscifactorías. "Quien gane esta partida será el que sea capaz de inventar el pollo del mar, y en eso tiene mucho que decir la acuicultura", argumenta Manuel Fernández de Sousa, presidente de la multinacional alimentaria. Sea la merluza, el atún o el bacalao, el pollo de mar está por venir, pero, entretanto, Pescanova va a duplicar en dos años sus cultivos en peces de alta gama ya testados en el mercado: rodaballo y lenguado.
La firma gallega con sede en Vigo ha puesto en marcha una inversión de 140 millones de euros en Portugal, donde proyecta la construcción de grandes granjas marinas en Mira y el Algarve, con capacidad para cultivar 7.000 toneladas anuales. Su segundo gran proyecto se centra en Xove y Ribadeo, en la costa de Lugo, donde invertirá 120 millones de euros en granjas con capacidad para 6.200 toneladas anuales de peces.
Pescanova también estudia la posibilidad de adquirir los derechos de investigación del cultivo de pulpo y camarones. Los nuevos proyectos de la compañía han generado una gran polémica, tanto en Galicia como en Portugal, debido a que las nuevas plantas requieren de grandes extensiones de terreno costero, normalmente en condiciones de alta protección ambiental.
Langostinos de Doñana
La máquina diplomática de Pescanova, que se ha afinado para obtener caladeros en 30 países de todo el mundo, ha funcionado. Los Gobiernos de Galicia y Portugal ya han anunciado que Pescanova no sólo podrá construir sus piscifactorías en la costa, sino que subvencionarán su inversión con 120 millones de euros. Según informó esta semana un directivo de la empresa, además de los citados proyectos, Pescanova está buscando nuevos emplazamientos de cultivo de peces en Andalucía, Brasil, Vietnam y Cuba. "Si desde hace 16 años tenemos una granja de langostinos en el Coto de Doñana es porque sabemos respetar el medio ambiente", explica el citado directivo.
Sin embargo, los problemas medioambientales han obligado a la Xunta a cancelar su proyecto en cabo Touriñán (Muxía), en la Costa de la Muerte, y aún no dispone de los estudios de impacto en las dunas de Mira (Portugal).
El paso de armador a cultivador de peces ha sido lento, pero desde hace tres años es la estrategia esencial para el crecimiento de una compañía que sabe como ninguna que los bancos de pesca están estancados desde hace más de diez años. En la actualidad, Pescanova posee cuatro granjas de peces y mariscos en la ría de Vigo (700 toneladas anuales), una en la ría de Pontevedra (325 toneladas), una en la costa de Lugo (500 toneladas), tres en el litoral de Huelva y Cádiz (900 toneladas) y 12 plantas en Chile (28.400 toneladas). La empresa cultiva principalmente trucha, salmón, rodaballo, dorada, lubina, langostino y lenguado, aunque está estudiando a fondo introducirse en la cría de tilapia (pez muy voraz, de carne comestible). De las 140.000 toneladas anuales de pescados y mariscos que comercializa, Pescanova ya obtiene un 21% de sus granjas marinas. Fernández calcula que no se trata de cambiar su flota de 120 barcos pesqueros por 120 piscifactorías. "Seguiremos pescando. No es cierto que estemos en un sector que se esté extinguiendo, pero sí es verdad que hay demasiados barcos en el mar", analiza el presidente de Pescanova.
Realmente, el plan de Pescanova es el de ser primera de Europa en pescado [Fernández considera que ya han superado a la holandesa Nutreco, porque su negocio incluye la venta de piensos] e ir acercándose a los cinco gigantes japoneses, que lideran el negocio mundial pero que carecen de planes de cultivo.
Nuevo accionista
En 2006, Pescanova ha superado por primera vez un volumen de negocio de 1.000 millones de euros (las primeras estimaciones apuntan a 1.020 millones) y este año ya ha rebasado los 374 millones de euros de capitalización bursátil. Sus mejores números coinciden con la incorporación de un nuevo accionista al capital: el empresario vasco José Antonio Pérez Nievas Heredero, que en noviembre adquirió el 5% de la empresa. Y también con un cambio generacional en la empresa: Alfonso Paz Andrade, el mítico consejero delegado, ha pasado a la segunda línea de la gestión de la empresa. Al tiempo, la tercera generación de los Fernández, encarnada en Pablo Fernández Andrade, cobra cada vez más peso en el consejo y en la toma de decisiones.
Si la acuicultura es el área más reforzado, Pescanova ya ha aparcado su plan para abrir una cadena propia de restaurantes de comida rápida basados en la preparación de sus productos. La empresa mantiene testimonialmente un fast food abierto en Vigo desde hace cuatro años, pero como laboratorio en el que testar sus productos directamente en el mercado.
La empresa cerrará el año con un beneficio neto en torno a los 20 millones de euros, con un crecimiento del 8% sobre el ejercicio anterior. Su consejo está controlado por Manuel Fernández (24,1% de las acciones), Caixa Galicia (17%), ICS Holdings (20%), Caixanova (5%) y Alfonso Paz Andrade (5%).
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