Montserrat Caballé no quiere saber nada de retiradas

Montserrat Caballé no para. A sus 73 años, la gran diva catalana afronta este fin de semana, con ilusión y desbordante vitalidad, su debut en el Auditorio de Barcelona, donde hoy, el sábado y el domingo actúa por primera vez en la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC). "Necesito la música para sentirme viva y, aunque a mi edad la mayoría de mis colegas ya han abandonado su carrera, no pienso retirarme mientras pueda cantar sin engañarme a mí misma", afirma Caballé, que cantará obras de Chausson, Gounod y Massenet, bajo la dirección musical de José Collado.

La famosa soprano no quiere saber nada de retiradas. Su agenda está repleta de compromisos y grabaciones -volverá al Liceo con un recital el próximo 7 de febrero y grabará próximamente la ópera Sapho, de Gounod- y piensa seguir al pie del cañón mientras la salud la acompañe. "Hacer una carrera larga depende de la técnica, la voz, la salud y las ganas que se tengan de seguir adelante. No pienso engañar a nadie, y mucho menos a mí misma, haciendo imposibles; por eso ni se me ocurre cantar obras que ya no son adecuadas para mí, pero puedo seguir mi carrera escogiendo el repertorio adecuado".

Aunque a lo largo de sus 50 años de carrera -el año pasado celebró en Basilea el 50º aniversario de su debut en la ópera- ha actuado en varias ocasiones con la OBC, Caballé nunca lo había hecho en el marco de la temporada propia de conciertos del conjunto sinfónico barcelonés. Tampoco había pisado el Auditorio diseñado por Rafael Moneo. "Me parece una sala maravillosa y, aunque me habían dicho que su acústica no era buena, pienso que suena muy bien. Como siempre que piso por primera vez una sala, he hecho una prueba que no falla, dar unas palmadas. Si suenan dulces es buena. Y suenan muy bien en el Auditori", comenta la soprano.

La música francesa reina en su primer encuentro con el público de la OBC: Chausson, Gounod, Massenet, Bizet.