Chávez quiere hacer posible una reelección presidencial indefinida
El mandatario reasume el cargo al grito de "socialismo o muerte"
El presidente venezolano, Hugo Chávez, juró ayer para un nuevo periodo de seis años y solicitó en su discurso inaugural una reforma de la Constitución Nacional que haga posible la reelección indefinida. "Ya estamos redactando la propuesta, pero esto sólo se hará realidad si lo apoya el pueblo", dijo el presidente, reelegido el 3 de diciembre de 2006 con el 63% de los votos, en un discurso que cerró al grito de "socialismo o muerte".
"Convoco de nuevo al poder constituyente para acelerar el proceso revolucionario", expresó Chávez, abriendo el camino hacia la reforma de varios aspectos de la Constitución, entre ellas la norma que le impediría postularse en 2012 para un nuevo mandato.
Chávez informó de que la reforma de la Constitución "será profunda e integral" y que el trabajo lo llevará a cabo una comisión nacional que encabezará la presidenta de la Asamblea Nacional, Celia Flores.
"En este libro quedaron muchos gazapos del viejo régimen", dijo Chávez, blandiendo la versión en miniatura de la Constitución que siempre lleva en el bolsillo. "Vamos a radicalizar esta revolución", advirtió en el discurso de casi tres horas que pronunció tras el juramento.
Entre los otros cambios constitucionales que anunció el presidente venezolano está el del artículo que reserva al Estado la industria y el comercio del petróleo, en el cual se incluirá también el gas natural y se eliminarán todas las excepciones que amparan a las empresas transnacionales que actualmente operan en Venezuela. "Toda la industria petrolera debe ser del Estado, aquí no se privatiza nada más", enfatizó.
La expresión "Socialismo o muerte" fue el colofón del juramento presidencial, llevado a cabo en el Palacio Legislativo.
Chávez acostumbra a salirse del libreto protocolario en los juramentos. En 1999, cuando tomó posesión por primera vez, crispó los nervios de la clase política a la que había desplazado del poder, al decir: "Juro sobre esta moribunda Constitución", refiriéndose a la Carta Magna vigente entonces, que pronto sería reformada mediante la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Ayer, casi ocho años después, manifestó que se comprometía "ante esta maravillosa Constitución" y cerró su heterodoxo juramento con la promesa de luchar por conducir a Venezuela hacia el socialismo. A lo largo del discurso ofreció algunos trazos de lo que debe entenderse por socialismo del siglo XXI, cuando indicó que es un sistema basado en los principios básicos del cristianismo, las ideas de Simón Bolívar y la doctrina de Carlos Marx.
Para avanzar hacia ese nuevo modelo económico y político, Chávez iniciará su nuevo periodo solicitando poderes especiales a la Asamblea Nacional, para emitir durante un año decretos con fuerza de ley. Mediante este sistema se aprobarán los textos jurídicos para llevar a cabo, entre otros aspectos, la nacionalización de empresas de electricidad, telecomunicaciones y de otros sectores considerados estratégicos.
Hasta en los detalles más aparentemente nimios se estampó la impronta socialista. La banda presidencial ya no cruza el pecho del mandatario desde su hombro derecho, sino desde el izquierdo.
En su discurso, Chávez invitó a todos los sectores políticos a mantener una línea de entendimiento. "Respetándonos, reconociéndonos en nuestros enfoques, asumamos la decisión de la mayoría. Hay una voluntad mayoritaria que priva, que impone, que determina. Hay quienes exigen respeto a las minorías, pero pretenden revertir la democracia revolucionaria que apoya la mayoría", expresó.
Chávez dedicó algunas palabras a uno de los invitados especiales, el cardenal Jorge Urosa. "No puedo entender la posición de la Iglesia respecto a algunos temas. El Estado respeta a la Iglesia. La Iglesia debe respetar al Estado. No quiero volver a los tiempos de confrontación con los obispos, pero no es mi elección", alegó.
El cardenal ha criticado al Gobierno por la decisión de no renovar la concesión al canal privado opositor de televisión RCTV, indicando que irá en detrimento de la libertad de pensamiento en el país. "No hay que tenerle miedo al socialismo, cardenal, más bien deberían asustarse con el capitalismo", añadió el mandatario, quien leyó varios pasajes del libro de los Hechos de los Apóstoles para argumentar a favor de su tesis de que los primeros cristianos tenían formas de organización socialista e, incluso, comunista.
"Nada se ha desplomado"
"La economía está más sólida que nunca, aquí no se ha desplomado nada", dijo el recién instalado vicepresidente ejecutivo de Venezuela cuando los periodistas lo interrogaron acerca de la caída de 18,6% de la Bolsa de Caracas, registrada el martes, tras el anuncio del presidente Hugo Chávez del plan para nacionalizar grandes empresas de servicios públicos.El índice bursátil caraqueño se recuperó ayer mientras permanecían suspendidas las cotizaciones de las empresas que cayeron el martes: la telefónica CANTV y Electricidad de Caracas.
Chávez, en su discurso, descartó una crisis: "Algunos están, como siempre, jugando al alarmismo. Dicen que cayó la Bolsa de Caracas. Puede caer el mercado, lo que no caerá será nuestra economía, que está más pujante que nunca", dijo.
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