"Este es un proceso imparable", sostiene Tresserras
"De la misma manera que las fotocopias no han acabado con el libro, la digitalización tampoco lo hará; además, velaremos por ello en todo este proceso", aseguró ayer el consejero de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras, durante el acto. Era un mensaje dirigido a los editores, libreros y escritores, temerosos -aquí y en todo el mundo- de que colgar los libros en Internet conculque sus respectivos derechos.
Tácitamente, o no, se pusieron de acuerdo porque la señal tranquilizadora la emitieron todos los implicados. "Esto no va a sustituir ni la compra de libros ni la asistencia a las bibliotecas", aclaró Jens Redner, quien explicó que el contenido del programa de búsqueda de libros de Google proviene de dos fuentes: las bibliotecas y los socios del proyecto, básicamente editores. De los primeros, los volúmenes escogidos se digitalizan completamente y se cuelgan en la Red, donde pueden ser consultados e impresos porque están libres de derechos. Un icono que marca una página entera así lo demuestra. De los segundos sólo se ofrece a los usuarios un número de páginas limitado (el icono aquí es una página rota) y si éstos están interesados, se les enlaza con la biblioteca o librería (virtual o real) donde adquirirlo.
Lamarca también se mostró cauta al señalar que, si bien aún no hay lista de los elegidos para la gloria virtual de los 380.000 títulos, se empezarán a escanear y a colgar en la Red "los libros y colecciones cerradas de los primeros siglos de la imprenta". Es una manera de arrancar que les interesa mucho -Google les proporciona una copia digital de todo lo escaneado, con lo que se salvaguarda el patrimonio bibliográfico- y, a la vez, de no pillarse los dedos con posibles demandas por los derechos. Tanto es así que las bibliotecas someterán las listas de los libros al análisis de abogados expertos. "El departamento apoya este proyecto pero, independientemente, ayudaremos a las librerías de Cataluña para que operen en la Red", ilustró Tresserras. Sin embargo, añadió: "No queremos víctimas en este proceso, pero todos tendremos que ajustarnos porque esto es imparable".
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