Bush ordena combatir a la insurgencia antes de revelar su plan para Irak
El presidente de EE UU intenta lograr apoyos en el Congreso para su nueva estrategia militar
Tropas estadounidenses y soldados iraquíes, apoyados por helicópteros artillados y un avión F-18, combatieron ayer durante horas con insurgentes en la céntrica calle Haifa de Bagdad, reducto suní de leales al difunto Sadam Husein situado a menos de un kilómetro de la protegida Zona Verde, donde está la sede del Gobierno y la Embajada de EE UU. Las autoridades iraquíes informaron de la muerte de 50 personas y la detención de otras 11.
Se trata del cuarto día consecutivo de combates en Haifa, pero los de ayer fueron los más duros. La policía iraquí informó de que unas 50 personas perdieron la vida y otras 11 fueron detenidas. El Ejército de Estados Unidos indicó que el objetivo de la operación militar es dificultar la actividad insurgente que procede de ese barrio, un moderno conjunto de edificios de hormigón habitado por militantes del ilegalizado partido Baaz.
Esta operación militar coincide en el tiempo con otra diplomática, la lanzada por el presidente George W. Bush para lograr el apoyo del Congreso de EE UU a su nuevo plan para Irak, que será revelado hoy. El presidente invitó ayer a la Casa Blanca a una treintena de senadores para convencerles de la bondad de su proyecto, que incluye un sustancial incremento de las tropas de Estados Unidos en Irak. Una encuesta de Gallup hecha pública ayer indica que el 61% de los ciudadanos se opone al envío de más soldados.
El Ejército norteamericano llevó a cabo una operación similar en la misma calle Haifa hace dos años. Tras varios días de combates expulsaron a los insurgentes y pacificaron la zona. La situación empeoró de nuevo en diciembre. Un convoy del Ejército iraquí que acudía a la trasera de un hospital donde se habían hallado los cadáveres de 27 personas con síntomas de haber sido ejecutadas por los escuadrones de la muerte, fue emboscado por unos desconocidos.
Desde entonces son frecuentes los ataques y los asesinatos, sobre todo de chiíes. Los insurgentes han llegado a levantar barricadas y colgado de los árboles algunos cadáveres, un signo de advertencia a esa comunidad tras la ejecución de Sadam Husein. Apenas quedan chiíes en la calle Haifa.
Los suníes que viven en el barrio tienen otra versión. Sostienen que el Ejército iraquí realiza operaciones periódicas de castigo contra ellos por el hecho de ser suníes y con el objetivo de expulsarles del barrio. Varios testigos aseguran que los combates de ayer estallaron después de que las tropas estadounidenses fueran atacadas. En un principio se limitaron a dar cobertura a las iraquíes mientras éstas registraban varias viviendas sospechosas. El intercambio de disparos degeneró en un combate en el que llegó a participar un avión de combate F-18 que efectuó varios vuelos a muy baja altura y lanzó una bomba. Un testigo que dice llamarse Mohamed explicó que la bomba cayó sobre un refugio usado por los insurgentes y que éstos habían logrado escapar a tiempo.
Bush defiende que para lograr un cambio de la situación en Irak es necesario derrotar a la insurgencia y para lograrlo son necesarios 20.000 soldados extra sobre el terreno. La Casa Blanca quiere que esos soldados se sitúen en Bagdad, donde quiere derrotar a las milicias y convertir la capital en un símbolo de que la paz es posible.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reconoció ayer en una entrevista con un canal árabe de televisión que el embajador estadounidense en Bagdad, Zalmay Khalilzad, le pidió posponer la ejecución del ex presidente iraquí Sadam Husein al menos 10 días. Maliki alegó motivos de seguridad para justificar su rechazo. "No queríamos dejar la puerta abierta a disturbios. No queríamos que las familias de las víctimas [del régimen de Sadam Husein] salieran [a la calle] y se manifestaran".
Por otra parte, un avión procedente de Turquía con 35 personas a bordo, la mayoría trabajadores turcos, se estrelló ayer cerca de Bagdad debido al mal tiempo. Al parecer sólo hay un superviviente.
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