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La pesca de la anchoa amenaza el ecosistema de la Antártida

La veda en el norte hace que los grandes pesqueros se dirijan al sur

Los límites a la pesca de la anchoa en el Atlántico norte y la sobreexplotación en el sur de otras especies amenazan el ecosistema de la Patagonia. La alerta ha sido emitida por un grupo de científicos en las revistas Science y Nature. Éstos temen que la falta de capturas en el norte obligue a los pesqueros a dirigirse al sur, donde la anchoa es la base de la cadena alimentaria.

Los autores del trabajo, investigadores de la Universidad de Washington en Seattle (EE UU) y de la Fundación argentina Patagonia Natural sitúan el comienzo del peligro en 2003, cuando el Gobierno argentino, ante la escasez de otras especies, como la merluza, decidió fomentar la pesca de la anchoa del sur (Engraulis anchoita), que consideraba "poco explotada". En 2004 y 2005 las capturas de esta especie superaron las 30.000 toneladas, por primera vez en la historia. La práctica desaparición de anchoas en el norte puede ser la puntilla para el ecosistema.

Aunque la fauna del Antártico se caracteriza por sus grandes animales, como el pingüino de Magallanes (el mayor de este tipo de aves), la ballena franca austral, los elefantes y los leones marinos, toda la base de este sistema se encuentra en el plancton y en las anchoas. Por ejemplo, éstas suponen el 50% de la dieta de los enormes pingüinos australes, advierten los científicos. El resto de su dieta lo forman otros peces, que a su vez dependen de los enormes bancos de anchoa austral para su supervivencia.

Fabricar piensos

Otro de los peligros que amenaza a las anchoas del sur -y otras especies que no son consumidas habitualmente por el ser humano- es la captura para fabricar piensos destinados a las piscifactorías de otros animales más rentables, como el atún, el salmón o el rodaballo. Esta demanda ha aumentado hasta un 50% entre 1998 y 2004, y va a seguir en aumento, indican los autores del estudio, que firma en primer lugar Elizabeth Skewgar.

Como un ejemplo de este crecimiento en la explotación, los investigadores indican que Uruguay ha iniciado la construcción de una planta con capacidad para procesar 200.000 toneladas de anchoas al año, siete veces el volumen de capturas actuales en la zona por la flota argentina.

Una de las industrias que más sufrirá el impacto de los desequilibrios en el ecosistema será la incipiente actividad ecoturística de la zona, advierten los expertos. Sólo la provincia de Chubut, al sur de Argentina, ingresó 450 millones de dólares (unos 350 millones de euros) por este concepto en 2005. Pero si las ballenas, delfines y focas empiezan a escasear, todo este entramado se vendrá abajo.

Decenas de pingüinos en la Antártida.
Decenas de pingüinos en la Antártida.RICARDO GUTIÉRREZ

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