Bush y Merkel afinan sus estrategias para revitalizar las relaciones transatlánticas

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y la canciller alemana, Angela Merkel, sostuvieron ayer un encuentro en la Casa Blanca, en el que analizaron las estrategias para reforzar las relaciones transatlánticas. Alemania, que ocupa este semestre la presidencia de la UE, se convierte así en un puente entre Estados Unidos y Europa, en un momento en el que ambas partes buscan aunar criterios respecto a la convulsa situación en Oriente Próximo. El relanzamiento del proceso de paz árabe-israelí y la crisis de Irak fueron el otro gran punto de la agenda.

Se trata del tercer viaje de Merkel a Washington en quince meses, pero el primero que realiza nada más asumir Alemania la presidencia de la UE y del G-8 (el grupo de los países más industrializados más Rusia), lo que refleja la importancia que la canciller otorga a las relaciones con Estados Unidos.

De hecho, una de las prioridades de Merkel es profundizar unos vínculos que se basan en "los valores comunes", y que han quedado dañados tras la división creada por la guerra de Irak. Ayer, la canciller trasladó a Bush la idea de una alianza transatlántica tanto en el ámbito político como en el económico. Estaba previsto que este último capítulo se tratara de forma más detallada en la cena que ambos mandatarios sostendrían tras la entrevista. Merkel ya anticipó en el diario británico Financial Times su intención de crear una alianza económica que vinculara los mercados europeos y estadounidenses con el objetivo de hacer frente a la presión que las potencias emergentes y en desarrollo realizan sobre la Europa Occidental y Estados Unidos.

Para la dirigente alemana, el reforzar los lazos económicos y financieros es una cuestión "de importancia estratégica", y para ello, Europa cuenta ya con una gran experiencia en materia de mercados únicos.

En el terreno político, Merkel llevaba bajo el brazo una serie de propuestas para reactivar la cooperación en la búsqueda de soluciones a los frentes abiertos en Oriente Próximo. Alemania quiere "revitalizar" el Cuarteto que integra a la Unión Europea, Estados Unidos, las Naciones Unidas y Rusia. Merkel propuso a Bush una reunión de los jefes de la diplomacia y del secretario general de la ONU lo antes posible. "Estoy absolutamente de acuerdo", señaló Bush a la salida de la entrevista, e indicó que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, viajará "rápidamente" a la región. Después, "nos aportará la información que recabe tanto a mí como a la canciller, para que podamos impulsar el proceso de paz israelo-palestino".

Charles Mallory, enviado especial de la secretaria de Estado para Oriente Próximo, había acogido con buenas palabras la propuesta alemana. "Pero nos ayudaría", añadió, "que existiera una posición única a nivel europeo sobre los principios del Cuarteto, es decir, sobre el reconocimiento de Israel y el rechazo del terrorismo".

Otros de los temas presentes en el encuentro fueron la guerra de Irak, el programa nuclear iraní y la situación de Afganistán, donde el resurgimiento de la violencia de los talibanes amenaza el frágil proceso de democratización.

Respecto a Irak, el presidente Bush dijo al término del encuentro con Merkel que dará a conocer su nueva estrategia sobre el país árabe la próxima semana, ya que todavía estaba sumido en consultas. "En algún momento de la próxima semana estaré listo para explicar la estrategia que ayudará a los iraquíes a lograr el objetivo de tener un país que pueden gobernar, sostener y defender por sí mismos". Bush añadió: "Estoy en el proceso de tomar la última decisión sobre qué recomendaciones voy a aceptar".