Autorretrato del Prado

Un edificio pensado como Gabinete de Historia Natural y Academia de las Ciencias que sirvió de cuartel a las tropas francesas. Una colección de arte atesorada por los monarcas españoles a la que más tarde se añadieron los fondos artísticos desamortizados de la Iglesia y cientos de donaciones privadas. Una institución inspirada en el ideal revolucionario francés que fue puesta en marcha por un monarca absolutista. Ésta es parte de la historia del Museo del Prado, probablemente el emblema más universal de la cultura española junto al flamenco y los toros.

A punto de cumplir su bicentenario e inaugurar sus nuevas instalaciones, la pinacoteca ha decidido hacer memoria, poner al día su información y dar cuenta de su historia. Cinco años de trabajo, seis tomos, 150 colaboradores y 750 reproducciones de obras son algunas de las cifras del imponente proyecto editorial, promovido por la Fundación de Amigos del Prado, editado por TF y cofinanciado por Caja Madrid. Con una tirada inicial de 2.000 ejemplares, editado únicamente en castellano y sin versión en CD ROM, su precio de venta es de 350 euros.

Estas lujosas memorias autorizadas no tienen forma ni de guía ni de catálogo, sino de enciclopedia, la primera que publica un museo en el mundo. El primer tomo es temático y en él quedan recogidas en tres ensayos las historias del edificio, de la colección y de la bibliografía sobre el museo, además de una detallada cronología que abarca desde 1785 -fecha en la que el arquitecto Juan de Villanueva recibe el encargo de Carlos III de erigir el edificio-, hasta la inauguración de la exposición El trazo oculto, el 20 de julio de 2006. Los cinco tomos restantes atienden a un orden alfabético con un listado de voces que asciende a la cifra de 2.363. Allí se incluyen desde la historia del edificio y sus sucesivas remodelaciones hasta la historia administrativa del museo, sin olvidar las biografías de todos los artistas representados en el Prado, un completo listado de las donaciones y colecciones que se fueron sumando a la colección original o las reseñas de las obras maestras realizadas por reconocidos expertos del panorama internacional. "Se ha abarcado todo lo que en un museo puede ocurrir. Sólo ha quedado fuera el futuro", señala Francisco Calvo Serraller, que estuvo al frente del museo entre 1993 y 1994 y codirige la Enciclopedia junto al actual director Miguel Zugaza. Intriga, acción, suspense e historia, esta publicación abarca muchos géneros. "¿Qué robos ha habido? ¿Qué incendios? ¿Quién ha trabajado? ¿Qué planes políticos han pesado sobre el Prado? Esta historia razonada y sistemática trata de dar respuesta a todo", asegura Calvo Serraller.

Victor I. Stoichita, catedrático de la Universidad de Friburgo y uno de los expertos que han colaborado en el proyecto, considera que el formato de la nueva publicación salva un lapso de tiempo. "Tanto la noción de museo como la de enciclopedia, datan del siglo XVII. En el XXI se ha tratado de responder con criterios modernos a estos conceptos. Éste es un superlibro, por el que el lector puede navegar con el volumen en la mano. No es rígido, pero tampoco tan aéreo como otros soportes", sostiene.

"El Prado no es un museo enciclopédico, no están representadas en él todas las escuelas. Es más intenso que extenso. Este formato de enciclopedia responde a su herencia ilustrada. Un museo son dos cosas. Por un lado, la conservación del patrimonio, de las obras y la investigación en torno a ellas. Por otro, la divulgación y la educación con la que engarza plenamente este proyecto", explica Zugaza. Él lo define como "una apertura de puertas y ventanas", que, según reconoce, ha sido de gran utilidad para el propio museo. "Esto ha sido una revisión sistemática del Prado. Ha permitido localizar información y documentación que se encontraba dispersa y se han actualizado los datos de la colección". Entre los hallazgos más notables se encuentra un dibujo preparatorio de la Capilla Sixtina realizado por Miguel Ángel y que hasta ahora permanecía catalogado como anónimo.

¿Se han esclarecido los legendarios almacenes del Prado? "Toda institución artística centenaria segrega un aura de misterio, porque el arte es misterioso como la religión. Se piensa en tesoros ocultos, pero más que oculto el Prado lo que ha estado es poco dotado de medios hasta ahora", dice Calvo Serraller. La Enciclopedia ha permitido escribir una historia inédita hasta ahora: la de la administración y gestión del Prado desde que Fernando VII firmara una real orden para su fundación -apenas dos meses después de haber regresado de su exilio en 1814- hasta hoy. Un logro que Calvo Serraller subraya: "Lo más difícil, lo que nadie había estudiado, era la sucesión de directores y patronatos, los cambios administrativos que ha sufrido el museo". Y era precisamente esta intrahistoria la que llenaba de curiosidad a Nigel Glendinning, catedrático de la Universidad de Londres, experto en Goya y miembro del Consejo de Expertos de la Enciclopedia del Prado. "Me ha sorprendido la gran variedad de artículos que contiene. Hay muchos datos de los directores y conservadores, y en esto está la historia del museo. Ha habido elementos curiosos a lo largo de los últimos 50 años, y leer la versión que de ello da la propia institución es una diversión añadida. Hay información valiosa sobre los orígenes del patronato y sobre la intervención política en el museo por parte de los gobernantes. Éste ha sido un aspecto único del Prado como museo", explica.

Su colega Jonathan Brown, una de las eminencias internacionales en pintura española que también ha participado en la obra, se mostraba dudoso ante la idea de una Enciclopedia. "No hay precedentes y pensé que sería algo mucho menos ambicioso, pero el trabajo final es extraordinario. Aparecen incluso los académicos que han estudiado la colección, está muy bien escrito y los comentarios sobre las obras son concisos y muy completos. Es un trabajo muy serio, pero también está dirigido a cualquier aficionado".

Brown reflexiona sobre los cambios que ha sufrido el Prado desde que él lo visitó por primera vez en 1958 -"aquello era un glorioso almacén de obras maestras"-. La escasa iluminación hacía que la visita siguiera la luz solar: el ala este por la mañana, el oeste por la tarde. "La vida de los museos es una historia complicada. El mayor cambio que ha sufrido el Prado ha sido su relativa autonomía de la escena política. Casi todos los problemas estructurales se han resuelto. Sólo se habla de las exposiciones y adquisiciones. Hace 15 años le estaría diciendo algo completamente distinto a esto". Que el museo sea capaz de escribir sobre su historia y sus vaivenes es para este historiador una prueba de autoconfianza. "Es una institución asentada y segura. Su historia es excitante y muy satisfactoria".