Protesta de la hostelería por la limitación al ruido en Valencia

"Es un mal comienzo de año". La Federación Empresarial de la Hostelería de Valencia (FEHV) denunció ayer "la escasa voluntad de diálogo" del Ayuntamiento de Valencia, que preside Rita Barberá, para encontrar una "resolución negociada" al exceso de ruido en el entorno de ocio de la discoteca Woody, cuya declaración como Zona Acústicamente Saturada (ZAS) entra en vigor hoy. Los hosteleros aseguran que el equipo de gobierno se comprometió a no aplicar la medida hasta después de las fiestas.

El Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) publicó ayer el acuerdo del pleno municipal para declarar ZAS el área delimitada por las calles de Gascó Oliag y las avenidas de Cataluña, Blasco Ibáñez y Primado Reig, donde se introducen nuevas limitaciones de horario y no se concederán más licencias para locales de ocio.

Esta ZAS, la segunda de la ciudad, es resultado de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que el pasado mayo obligó a Barberá a actuar contra el ruido en el barrio afectado y condenó al Ayuntamiento por desatender las continuas reclamaciones de unos 360 vecinos en un conflicto que ha durado años. La sentencia afeó al equipo de gobierno del PP que no aplicara "sus propias normas vigentes en defensa de los intereses de los ciudadanos" y le dio tres meses para concluir un expediente de la ZAS que inició en 1998.

Los hosteleros reaccionaron con duras críticas a la entrada en vigor de la ZAS justo antes de la festividad de Reyes. Según la FEHV, la concejalía de Actividades se comprometió a mediados de diciembre a posponer la aplicación de las restricciones hasta después de las "fechas navideñas" y a celebrar una reunión "con todas las partes implicadas" después de Reyes. La publicación "inesperada", ayer, de la declaración de ZAS "incumple" ese acuerdo, criticaron ayer los hosteleros, que esperaban lograr modificaciones de la orden con el consenso de los vecinos.

La FEHV ha recogido más de 10.000 firmas en una campaña de rechazo "al injusto recorte de horarios" y de apuesta "por el civismo y la convivencia ciudadana". El sector también intenta mejorar la relación con los vecinos afectados por la contaminación acústica con un "plan de choque" que implica mayor presencia policial en el entorno de Woody y la introducción de moderadores de ocio. Los hosteleros auguran despidos en los cerca de 40 establecimientos sometidos a la ZAS a consecuencia de lo que considera un "injusto recorte de horarios".

La federación reprochó al equipo de Barberá su "pasividad en la lucha contra el ruido" a lo largo de los más de nueve años que ha durado el conflicto con los vecinos del barrio, lo que en su opinión ha desembocado en una sentencia que convierte "a la hostelería y al turismo valenciano en chivo expiatorio". El sector recurrirá judicialmente la ZAS e intensificará "la campaña de movilización dirigida a la sensibilización del sector hostelero y los colectivos sociales afines para evitar la consolidación" de las medidas de restricción al ruido.

Otros barrios, como El Carme y la zona de Juan Llorens, exigen ser declarados ZAS. Valencia figura en diversos estudios como la ciudad más ruidosa de España y el Ayuntamiento ha cosechado duras críticas en varias sentencias por su pasividad ante las quejas vecinales.