_
_
_
_
Reportaje:

"¿Dónde están mis intereses?"

La devolución de fondos del 'corralito' ordenada por el Supremo argentino divide a los afectados

Jorge Marirrodriga

Para Patricia Inverga, la sentencia de la Corte Suprema argentina que abre la puerta para que unas 60.000 personas recuperen sus ahorros ha llegado tarde. Para ella y su familia, diciembre de 2001 y los primeros meses de 2002 fueron una pesadilla. Su marido, ingeniero, acababa de ser despedido y tenían toda la indemnización y los ahorros en el banco. Unos 130.000 dólares (99.000 euros). Su padre, afectado por una parálisis cerebral, tenía otros 500.000 dólares en una cuenta, producto de la venta de un terreno, que le permitían ser atendido en una residencia de alto nivel.

"De pronto no hubo dinero. Fue terrible", recuerda. Al corralito -la imposibilidad de sacar el dinero del banco- le siguió la conversión por decreto de sus dólares en pesos -pesificación- y la devaluación de éstos. Sin recursos, tuvo que sacar a su padre del establecimiento cuya factura ya no podía pagar e ingresarlo en uno en condiciones mucho peores. "Falleció en 2003 sin haber podido retirar su dinero, y nosotros tampoco", señala Inverga. "Han sido muchos años de pasarlo mal, de gastos, de pagar a los abogados. Esto tenía que haberse resuelto antes y además habrá que ver cuándo cobramos", añade.

El 'corralito' afectó a unos 50.000 millones de dólares y golpeó a la clase media
Más información
Una sentencia, muchos desacuerdos

La duda de Inverga está más que justificada porque la resolución de la Corte Suprema argentina -el más alto tribunal del país- si bien sienta jurisprudencia, hace referencia a un solo caso, el de Juan Agustín Massa, quien tenía 184.000 dólares depositados en el Bank of Boston y que ya había ganado su demanda en tribunales inferiores. El caso Massa es la cabeza de puente de miles de argentinos que vieron como a principios de diciembre de 2001 se les impedía por ley retirar sus ahorros del banco y que, un mes y cinco presidentes del país más tarde, los vieron transformados por ley en pesos, cuyo valor era un 66% menor.

En total, el corralito afectó a unos 50.000 millones de dólares y golpeó sobre todo a la clase media, pero apenas unas 60.000 personas eligieron la vía de denunciar al Gobierno, al Ministerio de Hacienda y a los bancos depositarios del dinero.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

"Todavía puede haber problemas administrativos", advierte Patricia Ulloa, abogada de unos 200 casos y que en estos cinco años ha defendido a cientos de jubilados después de que su padre, ya fallecido, tratara de suicidarse al saber que no podía retirar del banco los ahorros de toda una vida. Ulloa, quien ayer todavía no había tenido acceso a la resolución judicial completa, estima que "se ha hecho justicia", aunque subraya que ahora puede abrirse la puerta a nuevas demandas contra el Estado por daños y perjuicios.

Tras dos años de deliberaciones, la Corte Suprema ha elaborado una especie de ecuación en la que el resultado final es que cada demandante obtendrá, en pesos, el valor de los dólares depositados en sus cuentas en diciembre de 2001. Se pagarán 1,40 pesos por cada dólar (el valor de mercado ayer era de 3,09 pesos por dólar) más un ajuste a la inflación minorista y un interés del 4%.

Es decir, si se tenían 1.000 dólares, se recibirán unos 3.090 pesos. "No se nos devuelve el total del capital ¿Y dónde están mis intereses reales de estos años?", se pregunta Carlos Báez Silva, un contable con 300.000 dólares en el banco en el momento del corralito. "Esta sentencia lo que hace es legalizar la pesificación, y eso puede afectar a la seguridad jurídica del país", asegura Báez, quien preside la Asociación de Ahorristas de la República Argentina (AARA).

En medio del caos económico e institucional en el que se hundió Argentina, y con rumores permanentes del hundimiento del peso, muchos clientes elevaron recursos de amparo para que los bancos les devolvieran en dólares sus ahorros. Algunos, especialmente grandes capitales y personas mayores, recuperaron los depósitos, pero al resto no le quedó más remedio que optar por la vía de los tribunales o aceptar la merma de sus ahorros.

Unos pocos, como Maximiliano Hardie, ingeniero de una compañía petrolera, aceptaron la promesa del Gobierno de recuperar para 2012 todo el capital en dólares y con intereses. "La verdad es que, en el momento en el que nos lo ofrecían, las cosas no estaban muy claras, pero yo podía esperar, así que acepté", explica. Hardie tenía 44.000 dólares y en 2005 ya comenzó a recuperar su dinero. Este año ha recibido el segundo de los pagos, que terminan dentro de seis años. "Aunque haciendo cuentas los clientes de los bancos que han demandado van a recibir más o menos lo que tenían, creo que, por principio, no está bien lo que ocurrió", opina Hardie.

Justo lo contrario que la Corte Suprema, que respalda la pesificación de las cuentas y las medidas de emergencia adoptadas en 2002 por el peronista Eduardo Duhalde.

Ahorradores argentinos afectados por el <i>corralito</i> protestan el miércoles por el fallo de la Corte Suprema.
Ahorradores argentinos afectados por el corralito protestan el miércoles por el fallo de la Corte Suprema.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_