Israel permite la entrada en Gaza de armas para reforzar a Al Fatah frente a Hamás

Cumplida la promesa de EE UU y con el permiso de Israel, las fuerzas de seguridad dependientes del presidente Mahmud Abbas han recibido en la franja de Gaza un gran cargamento de armas. Cuatro camiones con más de 2.000 fusiles de asalto Kaláshnikov, 20.000 cargadores y dos millones de balas salieron de Egipto y llegaron anteayer a su destino tras pasar el control fronterizo israelí de Kerem Shalom. El objetivo es ayudar a los organismos de seguridad leales a Abbas y a su partido Al Fatah en su duelo con las fuerzas dependientes del Gobierno islamista de Hamás.

El envío de armas a los efectivos de Abbas fue pactado hace meses, pero siempre era aplazado a última hora debido al veto del Gobierno de Ehud Olmert, temeroso de que sean usadas contra Israel. Los últimos y violentos enfrentamientos internos palestinos, en los que se reflejó -principalmente en Gaza- la superioridad militar de Hamás y el positivo encuentro entre Olmert y Abbas, han allanado el camino de los camiones con las armas.

Mientras el portavoz de Abbas negaba ayer la llegada del cargamento, el director del gabinete político-militar del Ministerio israelí de Defensa, el general Amos Guilad, decía: "Las armas llegan de los países árabes e Israel no tiene ninguna relación directa. Es un suministro que sirve para consolidar los elementos de la paz en detrimento de las fuerzas de la oscuridad que amenazan el futuro de Oriente Próximo".

En Israel apuntan que un factor decisivo en el suministro de armas a Abbas se encuentra en los informes de la inteligencia que advierten del poderío militar que está consiguiendo Hamás en Gaza, con la ayuda económica y armamentística de Irán. Cientos de milicianos palestinos se han entrenado en los últimos meses en los campos de instrucción que dirigen los Guardias de la Revolución en territorio iraní y sirio. Según Israel, "Irán pretende implantar en Gaza el modelo libanés, donde actúa uno de sus brazos ejecutores, el grupo chií Hezbolá".

Fuentes de los organismos de Abbas se lamentan de que "Hamás es mucho más poderoso, ya que disfruta de un mayor arsenal". El cargamento egipcio no es el primero que reciben. La semana pasada, un camión con 300 fusiles y municiones llegó a Ramala a manos de la guardia de élite de Abbas. Como contrapartida, el presidente palestino prometió a Olmert el despliegue de sus hombres en la franja de Gaza para evitar el contrabando de armas (en la zona de Rafaj) y el lanzamiento de cohetes Kassam contra Israel.

"No aceptamos la grosera intervención exterior en los asuntos palestinos y el intento de EE UU e Israel de provocar una guerra civil palestina", se quejaron ayer diversos líderes de Hamás que han condenado el suministro de armas a Abbas, al que consideran "un colaboracionista del enemigo".

Mohamed Abed Elael, un portavoz del Comité Popular de Resistencia, reaccionó de forma diferente: "Prometemos que las armas que Israel ha dado a las fuerzas presidenciales y otros organismos se tornarán pronto en contra de los israelíes". Una opinión que irónicamente coincide con la del principal partido israelí de la oposición, el Likud. El diputado conservador Yuval Steinitz censuró la decisión de Olmert. "Permitir que lleguen más armas a los palestinos es un error trágico. Soldados y ciudadanos israelíes van a morir víctimas de estos fusiles", advirtió.

Ayer, antes de salir de Gaza con destino a La Meca, con motivo de la fiesta musulmana del sacrificio del cordero, el primer ministro palestino, el islamista Ismail Haniya, afirmó que "el tema de los presos palestinos será solucionado pronto y traerá consigo la liberación del soldado israelí".