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Entrevista:FRANCISCO PIÑÓN | Secretario general de la OEI

"La cultura iberoamericana está dañada por la desigualdad"

Juan Cruz

Francisco Piñón será hasta el próximo 1 de enero secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con sede en Madrid, y se despide con un documento, La Carta Cultural Iberoamericana. Fue en la reciente cumbre de Montevideo donde se aprobó este documento. Piñón será sustituido en este cargo, donde ha estado dos mandatos, ocho años, por el español Álvaro Marchesi. Antes de irse, y mientras toma mate cocido en su despacho, este alto funcionario argentino habla de la Carta Cultural y de su propia gestión.

Pregunta. ¿A qué obliga La Carta Cultural?

Respuesta. Fue "adoptada" por la Cumbre. Compromete a los gobernantes a adoptar medidas políticas, leyes, resoluciones administrativas que posibiliten alcanzar los fines que la carta postula: tienen que obligarse a afirmar el valor central de la cultura, han de promover la diversidad cultural, tienen que consolidar el espacio cultural iberoamericano, han de facilitar los intercambios de bienes y servicios...

"Los gobernantes tienen que obligarse a afirmar el valor central de la cultura"
"En 2015 no debe haber en Iberoamérica jóvenes o adultos analfabetos"

P. ¿Y eso en qué se traduce?

R. En medidas que consoliden los derechos humanos, que fomenten el desarrollo de las culturas originarias, que respeten su dignidad, que permitan combatir el racismo y la xenofobia... Es una carta de navegación compartida, y enumera compromisos para poder desarrollarla.

P. ¿Qué novedades aporta?

R. La Carta avanza hacia un enunciado, todavía abierto, de un corpus compartido de derechos y obligaciones culturales. Imagino que en el curso de los años se concretará mucho más. Pero hoy ya hay acuerdo sobre temas tan importantes como el respeto a la diversidad (la igual dignidad de todas las culturas respecto a los pueblos originarios), como los derechos culturales en el corazón de los derechos humanos, la valoración de los bienes y servicios culturales como productos con valor más allá del económico en cuanto portadores de sentido, de valores de identidad de nuestras sociedades. Servirá para luchar contra la desigualdad en Iberoamérica.

P. ¿Hay una lista de problemas pendientes de la cultura iberoamericana?

R. En primer lugar, eso, la desigualdad. La cultura iberoamericana está dañada por la desigualdad. Las muy ricas y valoradas expresiones culturales no están a disposición de todos, ni posibilitan a muchos creadores, individuales y colectivos, salir de la pobreza. La cultura no alcanza a convertirse en factor de desarrollo y de participación ciudadana. Además, falta una valoración real de la propia diversidad: la diferencia suele ser fuente de desigualdad... Por otra parte, tenemos una excelente experiencia en la cooperación iberoamericana, que facilitó la multiplicación de un buen cine en nuestros países, que se encuentra con los límites de la distribución, y ahí se para.

P. Los que adoptan la Carta son los políticos. ¿La política debe diseñar la cultura?

R. Desde ya que no. Pero puede y debe poner medios, instituciones que faciliten la educación de las nuevas generaciones, la difusión, la regulación legal para favorecer la producción de bienes culturales, así como la cooperación para su adecuada distribución internacional.

P. Usted se va. ¿Un balance de lo que vio aquí?

R. España ha dado un salto inmenso; ahora está entre los principales países del mundo. Y cuando vine por primera vez, hace 30 años, mi país, Argentina, estaba por encima de los indicadores españoles.

P. El tema más delicado, el de la inmigración. ¿Tiene usted la percepción de que los españoles hemos sido injustos con los latinoamericanos?

R. Es un asunto delicado, sí. Cuando los españoles emigraron enriquecieron nuestros países. Y ahora da la impresión de que los latinoamericanos enriquecen España. Ésa es una buena materia de reflexión para que los que son reticentes ante los inmigrantes...

P. ¿Qué aprendió aquí?

R. Cómo puede crecer una sociedad, sobre la base de que hay intereses compartidos. Tenemos que aprender en América Latina, donde a veces importa más el interés de las partes que el interés de los países. Más allá de la polémica política, España demuestra que puede haber intereses superiores.

P. ¿Cuál es su propio balance de este trabajo en la OEI?

R. No es mérito mío, es de todos: haber abierto el diálogo en la región, en educación y cultura. La cooperación que hemos alcanzado es histórica, importantísima. Y hemos crecido en el territorio: ahora tenemos 14 sedes en Iberoamérica. Estamos echando raíces.

P. ¿Podemos visualizar algo concreto?

R. La alfabetización. Nuestro plan tiene una meta en 2015: entonces no debe haber en Iberoamérica jóvenes o adultos analfabetos. La campaña requiere una gran movilización social que la apoye, y políticas que sostengan esa decisión técnica y económica. Y estamos trabajando en la expansión de la educación en la primera infancia. Asimismo, desarrollamos una tarea de cooperación en la educación superior... Educación y desarrollo: ésa es la vinculación que nos importa, que la educación no fragmente la sociedad, sino que la una. Necesitamos consolidar universidades fuertes si queremos que el desarrollo sea completo...

P. ¿Cuál es el nivel de autoestima que tenemos los iberoamericanos?

R. Yo creo que aún es bajo.

P. ¿Y cómo hemos de subirlo?

R. Carlos Fuentes dice que si América Latina pudiera alcanzar el reconocimiento en otros campos que tiene ya en la producción cultural, la música, la literatura, estaría con una autoestima muy alta... Hay que generar instituciones que sostengan el crecimiento de la región... La Carta Cultural es un instrumento de mucha ayuda en ese sentido. Tenemos muchos valores compartidos. Y ésa es la gran riqueza iberoamericana.

P. Los argentinos tienden a volver con la frente marchita. ¿Cómo vuelve usted?

R. Yo vuelvo contento. Es un ciclo cumplido. Y vuelvo en un buen momento de la vida argentina. Regresar encierra una gran alegría, aunque es cierto que aquí hemos echado raíces...

Francisco Piñón.
Francisco Piñón.ULY MARTÍN
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