EE UU reconoce que el oso polar está amenazado por el cambio climático
Es la primera vez que Washington admite los efectos del calentamiento global
El Gobierno de Estados Unidos ha decidido incluir al oso polar en su lista de especies amenazadas, en lo que supone en la práctica su primer reconocimiento oficial del cambio climático. Tras revisar todos los datos disponibles, el Departamento de Interior ha admitido que la capa de hielo de la que los osos dependen para subsistir ha retrocedido a causa del calentamiento del planeta, y que, al ritmo actual, la especie estaría en peligro de extinción en un plazo de sólo 45 años. La admisión puede ser el primer signo de un cambio de rumbo de Washington.
La decisión sobre el oso polar fue revelada ayer por The Washington Post citando una fuente sin identificar del Departamento de interior. El Gobierno de George Bush ha rechazado hasta ahora todas las evidencias científicas que relacionan el cambio climático con la combustión de carbón y gasolina. Estados Unidos no ha firmado el Protocolo de Kioto pese a ser el mayor emisor de dióxido de carbono del mundo.
El calentamiento está afectando a las latitudes árticas casi el doble que al resto del planeta, y los modelos de los científicos predicen que la capa de hielo ártico en verano puede reducirse a la mitad, o incluso desaparecer, a mediados de este siglo. Ese hielo veraniego es la plataforma que los osos polares utilizan para cazar focas.
Los efectos del calentamiento ya han empezado a notarse. En la zona canadiense de la bahía del Hudson, el hielo comienza a romperse tres semanas antes que hace 30 años. Eso significa tres semanas menos para cazar focas y acumular grasas para los ocho meses de invierno polar. En consecuencia, los índices de supervivencia y las tasas de reproducción de las hembras han bajado, y la población de osos de la zona ha caído un 21% entre 1997 y 2004.
La población de osos polares en el mundo es de unos 20.000 o 25.000 ejemplares. Viven en Alaska, Canadá, Groenlandia y Noruega. Las cifras son menos claras entre los osos de Alaska, pero el informante de The Washington Post también enumera signos preocupantes allí.
Los osos polares son nadadores de corta distancia. Cuando salen a cazar focas, dan unas brazadas para desplazarse entre dos placas de hielo vecinas. En septiembre de 2004, sin embargo, los científicos del Gobierno avistaron a 55 osos polares nadando por el mar de Beaufort, no lejos de la costa de Alaska, en una tirada de larga distancia de la que no había ningún precedente.
Debió de ser un ejercicio agotador, porque cuatro de los osos murieron. Y los mismos científicos también han registrado por primera vez casos de canibalismo entre osos polares, en tres ocasiones independientes. Son signos de que los medios habituales de subsistencia de esta especie están empezando a escasear.
El oso polar es una de las 16.000 especies consideradas amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Lo más preocupante, según los científicos, es el ritmo desmesurado con que las especies desaparecen y con el que se suman a las especies amenazadas.
El 12% de las aves, el 23% de los mamíferos y el 33% de los anfibios sufren algún tipo de amenaza y su población no deja de descender, según la IUCN, que agrupa a expertos de 113 agencias gubernamentales y es referencia mundial.
Las principales amenazas para las especies son, por este orden, la degradación de su hábitat, el abuso de la caza o de la pesca, la colonización del espacio por especies invasoras y el cambio climático.
El oso polar está ahora en la categoría de "vulnerable" (previa a la de "en peligro"). La organización destaca que "el oso polar puede desaparecer en 100 años debido a que el cambio climático está fundiendo su hábitat en el Ártico". La agencia calcula que la población se reducirá entre un 30% y un 50% en los próximos 45 años.
La lista roja de especies amenazadas destaca que la sobrepesca es un problema cada vez mayor. "El 20% de las 547 especies de tiburones y rayas analizados está amenazado con la extinción".
Estas desapariciones son particularmente graves en el mar porque esconde aún mucha biodiversidad desconocida. Las especies desaparecen en muchos casos antes de que los científicos lleguen a catalogarlas. La tierra se empobrece cada día.
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