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Procesados ocho 'marines' por la muerte de 24 iraquíes

El Pentágono califica de asesinato la matanza de civiles de Haditha, en 2005

Ocho marines estadounidenses serán procesados por la muerte de 24 civiles iraquíes en la ciudad de Haditha. Cuatro de ellos, empezando por el sargento al mando del escuadrón, han sido acusados de asesinato. Los otros cuatro se enfrentan a otros cargos. Entre las víctimas de la matanza, ocurrida en 2005, había siete mujeres y tres niños. El episodio fue calificado de "crimen terrible" por las autoridades iraquíes.

El Pentágono había dicho inicialmente que las muertes se produjeron por un intercambio de disparos con insurgentes, hasta que la revista norteamericana Time publicó, meses después, un reportaje con la versión en la que ahora se basan las acusaciones.

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El sargento Frank D. Wuterich y los marines a su mando podrán ser condenados a la pena capital si la fiscalía demuestra que la matanza fue una simple venganza por la muerte de un soldado. Sus abogados habían tratado de convencer a la fiscalía de que los soldados hicieron lo que estaban entrenados para hacer: responder con un uso legítimo de la fuerza ante una posible amenaza en un lugar extremadamente peligroso.

El incidente ocurrió en 19 de noviembre de 2005 pero los marines implicados siguieron en sus destinos con normalidad durante meses, hasta que la revista Time publicó el relato de varios testigos locales. El Pentágono investiga también si los superiores inmediatos de los marines maniobraron para ocultar el suceso.

Mientras tanto, en su primera visita al exterior y en su primera semana en el cargo, el nuevo Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, ha recibido en Irak opiniones antagónicas sobre el posible aumento del despliegue militar. Decenas de soldados le pidieron el envío inmediato de más efectivos mientras los mandos le mostraron el temor a que esa medida ralentice el entrenamiento de las tropas iraquíes y su control de la situación. El Gobierno iraquí parece partidario del incremento.

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La visita de Gates ha incluido contactos con los mandos militares sobre el terreno, reuniones abiertas a soldados para que expresen su opinión y encuentros con los máximos representantes militares y políticos del Gobierno iraquí.

"Necesitamos más tropas. Con más presencia sobre el terreno, las tropas podrán contener la insurgencia mientras entrenamos al Ejército iraquí", le dijo a Gates el soldado Jason Glenn en un encuentro multitudinario con las tropas.

Sin embargo, varios generales expresaron en privado su preocupación por el ritmo de crecimiento del Ejército iraquí y su temor a que el aumento de tropas estadounidenses aleje todavía más el horizonte del traspaso del control militar. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha indicado en los últimos días su disposición de aumentar el despliegue en un número que los analistas militares sitúan entre 30.000 y 40.000 efectivos. El despliegue actual asciende a 140.000 soldados.

El secretario de Defensa se reunió también con el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, con el ministro de Defensa, Andel Qadir Jassim, y con los miembros del Consejo de Seguridad Iraquí con quienes habló "de la determinación y el apoyo de EE UU y de nuestra presencia duradera en el golfo Pérsico", dijo Gates. "Tenemos que asegurarnos que los vecinos entienden que vamos a estar aquí un largo tiempo", dijo tras una pregunta sobre Irán y Siria.

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