"La integración es un camino que funciona en dos direcciones"

La jurista alemana Beate Winkler (Dresde, 1949), ex ministra de la antigua RFA y experta en temas de integración, dirige el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC) desde su creación, en 1998.

Pregunta. ¿Da la impresión, por el informe, que el sentimiento de exclusión es muy superior entre la tercera generación de musulmanes que en la primera? ¿Por qué?

Respuesta. Es una conclusión del informe y creo que tiene que ver con las expectativas de la tercera generación, que se han formado en Europa y quieren ser vistos como pertenecientes a la comunidad. Eso acrecienta el sentimiento de no ser respetados, de no pertenecer a la sociedad. Pero no hay que generalizar. No se debe decir "los musulmanes", porque son un grupo muy diverso y hay opiniones muy diferentes. Hay que ser muy cuidadoso.

P. ¿Cuáles son las principales conclusiones del informe?

R. Hay tres mensajes claros que pueden desprenderse de él. El primero es que existe una gran discriminación, en el empleo, la educación, la vivienda. La segunda es que necesitamos un liderazgo político claro para llevar a cabo las reformas necesarias. El tercero es que la integración es un camino en dos direcciones, que los musulmanes también tienen que hacer mucho más para participar en la sociedad, en todos los niveles.

P. ¿Cuáles son las medidas más importantes que deben tomar los 25 para aumentar la integración de los musulmanes?

R. El informe ofrece recomendaciones concretas: es necesario un liderazgo político claro, hay que recoger datos de una forma mucho más precisa para poder documentar la islamofobia y hay que actuar en campos concretos, como la lucha contra la discriminación en el empleo. Desde el punto de vista de los musulmanes, deben aumentar de forma muy activa su participación en la vida social, en todos los aspectos.

P. ¿Ha sido la crisis de las caricaturas de Mahoma el punto más crítico en las relaciones con los musulmanes dentro de los países de la UE?

R. Los atentados del 11 de septiembre tuvieron un impacto muy negativo y desde entonces los musulmanes perciben su situación en la UE como grave.