"Mi única intención al suspender el 'Idomeneo' fue proteger vidas"
La Deutsche Oper repone hoy la versión completa de la ópera Idomeneo de Wolfgang Amadeus Mozart, la obra que levantó polémica en todo el mundo por el temor a un ataque terrorista y que provocó a finales de septiembre su suspensión. Idomeneo, el rey de Creta, entrará en escena con la cabeza de Mahoma en la mano, a pesar de que algunos musulmanes manifestaron, incluso oficialmente, que es una imagen ofensiva. La semana pasada, además, desapareció la cabeza cortada de cartón de Mahoma, que se ha repuesto para el estreno de esta noche.
Las 2.000 personas que acudirán esta tarde y el 29 de diciembre a este coliseo para ver la polémica ópera lo harán bajo la protección de la policía. "Pienso que no ocurrirá nada peligroso", dijo Kirsten Harms, la directora de la Deutsche Oper, la semana pasada durante una entrevista con EL PAÍS en su despacho en Berlín. Harms luchó contra una inmensa ola de protestas cuando suspendió la ópera basándose en un informe policial. Fue duramente criticada cuando informó a los medios de que el terrorismo islámico había entrado en su mundo, el operístico. "Temí verme ante una opinión pública que ya no podía controlar, y ante una dinámica manipulada por la prensa que se me iba de las manos", asegura Harms, que se queja de que ha sido calificada de "débil" y "temerosa".
"La policía dijo que no tenían ni el dinero ni el personal suficiente para proteger el teatro. Yo no quería cargar con esa responsabilidad"
"No estoy de acuerdo con hacer teatro bajo protección policial. Creo que esto no es una solución"
"Es mejor discutir antes de la catástrofe que después. [...] Mientras no ocurra nada la polémica ha sido positiva"
La situación se calmó, piensa Harms, "porque quedó claro que el arte no es política, sino que se trata de imágenes teatrales, de una producción artística con la que Neuenfels pretende visualizar la emancipación de la figura protagonista de la obra". Un crítico del Süddeutsche Zeitung escribió que la directora de la Deutsche Oper estaba "nerviosa como toda Alemania". Harms argumenta que, "en realidad, nadie sabía cómo actuar en una situación nueva como lo es el terrorismo para Alemania. Las voces más fuertes que reclamaban que había que mostrar la ópera, cueste lo que cueste, pertenecían a los que más miedo tienen".
Muchos intelectuales y políticos interpretaron la anulación como una autocensura intolerable en un Estado democrático. La canciller alemana, Angela Merkel, exclamó en su momento que era una situación "insoportable".
La ópera de Mozart Idomeneo trata del levantamiento de los hombres contra los dioses. En el polémico montaje de Neuenfels, la figura principal decapita al final a Mahoma, además de a Buda, Jesucristo y Poseidón, y se presenta en el escenario con las cabezas en un bolso. Neuenfels quiso acentuar así la lucha contra los poderes irracionales del desesperado Idomeneo que debe sacrificar a su hijo ante el dios griego Poseidón. A pesar de que se pueden ver en Berlín críticas mucho más agresivas de las religiones, y también del islamismo, ha sido "esta pequeña escena", según dice Harms, la que llamó la atención a algunos musulmanes y conllevó a amenazas concretas contra la Deutsche Oper.
"Mi única intención fue proteger vidas humanas", insiste Harms y aclara que las autoridades le dijeron que no podía presentar a un Mahoma decapitado. "O quitaba Idomeneo de la cartelera o cortaba la escena", le recomendaron. Para Harms, la persona responsable de la institución, no había otra opción que retirar la ópera. Y subraya, midiendo cada una de sus palabras tras tanta "manipulación" de la prensa: "No arriesgaría nunca la vida de 2.000 personas para una insignificante escena de teatro. Está claro que esta escena tiene un contenido simbólico, pero hubiera estado bien que los responsables de la seguridad hubieran dicho desde el principio que eran capaces de proteger a la Deutsche Oper. Entonces no hubiera sido ningún problema en representar el Idomeneo. Pero no fue así. Dijeron que no tenían ni el dinero ni el personal suficiente para ello. Yo no quería cargar con esa responsabilidad".
Los músicos, cantantes, técnicos y empleados de la administración defendieron la postura de su directora. "Nadie dijo nada en contra", afirma Harms. Neuenfels, sin embargo, sí. El director responsable del montaje de esta ópera poco conocida de Mozart sostuvo que si Harms "tenía la impresión de que existía un peligro real (...) más razón había para mostrarla y ponerla a disposición de un debate". Neuenfels, nada tranquilo a pesar de que su Idomeneo vuelve al escenario, polemiza que todo lo que repone Harms "es una mierda".
La fogosa polémica forzó en su momento la elaboración de un nuevo informe policial. Este trajo a la luz, un mes después de la suspensión, que las circunstancias habían cambiado y que tampoco tendrá que responsabilizarse Harms en caso de que suceda alguna catástrofe. El público pasará esta tarde por controles de seguridad como los instalados en los aeropuertos y la policía se mezclará sin uniforme con los amantes de la ópera y de los escándalos. La presencia de la policía desagrada a Harms. "No estoy de acuerdo con hacer teatro bajo protección policial. Creo que ésto no es una solución. Los conflictos humanos violentos no se solucionan con violencia. A mí me gusta la comunicación pacífica".
También se espera la presencia de periodistas de Arabia Saudí y de Japón, y de políticos como el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, quien invitó a los participantes de la Conferencia del Islam, que él convocó por vez primera pocos días después de la suspensión de Idomeneo. Algunos de sus participantes musulmanes no acudirán a la Deutsche Oper, ya que se sienten instrumentalizados por los políticos. Harms muestra comprensión. El consejero del Islam, Alí Kizilkay, dice Harms "no se alegra de la polémica escena y defiende su libertad de decidir si la quiere ver o no, y decidió en contra".
La polémica ha sido positiva a los ojos de Harms, "mientras no ocurra nada". "Fue un drama, una discusión con todos los argumentos posibles, una batalla de la prensa que también se puede comprender como representación dramática. Todos han expresado su opinión y es un ejemplo de la libertad de expresión que tenemos en Alemania". "Es mejor discutir antes de la catástrofe que después", concluye. Harms no se arrepiente en absoluto de la suspensión, pero también se alegra de que, a partir de ahora, se encargará como siempre de lo que le corresponde: "el arte".
Babelia
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