Jugar por un millón o más
Matar al adversario virtual o marcarle 10 goles. Unos 200 'gamers' en el mundo se ganan la vida con los videojuegos. Son los 'balones de oro' de los ordenadores. 'Fatal1ty', el número uno, suma más de un millón de dólares al año. En España, un puñado de jóvenes empiezan a vivir del mando
A los padres de Johnatan Fatal1ty Wendel, como suele suceder, no les hacía demasiada gracia ver cómo su hijo se pasaba el día jugando a los videojuegos. O, al menos, hasta que ganó sus primeros 1.000 dólares. Después de aquello, pocos chicos han recibido tanto apoyo para encerrarse en el cuarto a entrenar frente a la pantalla. Para convertirse en un gamer profesional capaz de ganar medio millón de dólares al año eliminando contrincantes. Una estrella reconocida mundialmente. "El David Beckham de los videojuegos", según algunos de sus contrincantes, que gana incluso más dinero promocionando productos y explotando su imagen que jugando. Igualito que el inglés.
El gaming ha ganado adeptos en los últimos años, y ya es, en muchos países, una profesión. En Corea del Sur, el Starcraft, un videojuego de estrategia, está considerado deporte nacional. Las estrellas del juego anuncian bombones en la televisión y sus partidas se retransmiten en horario de máxima audiencia. Hay en el mundo unos 190 jugadores que pueden vivir exclusivamente de su habilidad con el mando. En España, un grupo de jóvenes lucha por conseguirlo en un futuro cercano. Pero las conexiones y el escaso interés de los patrocinadores no les permiten medirse todavía de igual a igual con los más grandes.
Todos los deportes necesitan estrellas. Fatal1ty tiene 25 años. Creció en un hogar de Kansas jugando a los videojuegos de la época. "Era muy bueno al Mortal kombat, no tenía rival", explica por teléfono mientras conduce el Día de Acción de Gracias desde California (donde tiene su empresa) a su hogar paterno. "Mi vida cambió cuando aparecieron los primeros juegos on line, especialmente el Quake". En poco tiempo desarrolló talento y dedicó la mayoría del tiempo a practicar. Su padre no comprendía la afición. "Hicimos una suerte de trato. Le pedí que me dejara competir en un torneo importante y que si no ganaba un buen pellizco lo dejaba", recuerda. Volvió a casa con 4.000 dólares y un futuro prometedor en las pantallas.
De su época en los salones recreativos con el Mortal kombat sólo queda su alias: Fatal1ty. Una especie de truco de ese juego para asestar un golpe mortal al oponente. Hoy entrena una media de seis horas diarias al Quake, y ocho en época de torneos. "Este juego es el más competitivo. Los mejores del mundo lo eligen. Está muy bien hecho y tiene buena libertad de movimientos. Es como una vida real, puedes hacerlo todo". Especialmente, matar.
'Fatal1ty' se gana la vida de torneo en torneo. "Es el deporte del nuevo milenio. Tengo muchos fans que adoran mirar cómo juego y que están contentos cuando gano y muy tristes cuando pierdo. A vosotros os va la vida si el Barcelona gana o pierde, esto es igual. Cada vez hay más espectadores en torno al mundo del gaming". Los videojuegos mueven alrededor de 27.000 millones de euros al año. Algo inalcanzable para la mayoría de los deportes nacionales.
El calendario de los deportes electrónicos es cada vez más amplio. La Cyber Atlette Porfessional League (CPL), la World E-Sports Games o la World Cyber Games (WCG) son algunos de los eventos ineludibles para el gamer. Fatal1ty ha ganado en casi todos. La temporada pasada se embolsó alrededor de 300.000 dólares en premios.
Pero esa no es su única fuente de ingresos. Hace unos años montó una empresa que produce y distribuye hardware y material para gamers. Además, dice, se dedica a apoyar a otros que empiezan. "No sé exactamente lo que gano con mi empresa, pero desde luego bastante más que jugando". ¿Una estrella? "La gente me para por la calle en todos los países, me piden autógrafos, que le firme las zapatillas o las mochilas; entonces, sí, supongo que lo soy".
Víctor Martín es banquero. Pero desde hace siete años, en sus ratos libres, se dedica a organizar la fase de clasificación del World Cyber Games (las Olimpiadas de los videojuegos) en España. En ese torneo participan 72 países, y a la fase final -cada año en un lugar diferente- acuden 1.000 jugadores. "El punto de inflexión en nuestro país será cuando las grandes marcas, y no sólo las de tecnología, apuesten por los patrocinios", explica. "En España, el gaming todavía está estigmatizado. Las empresas creen que los jugadores son una panda de locos que matan a gente con catanas". Para Víctor, Corea es la referencia. "El año pasado, un español ganó a un coreano en Seúl. En pocos minutos, una marca de alimentación local le ofreció un contrato de un año por 150.000 euros. Era guapo y de aspecto latino. Perfecto para los anuncios. Pero era joven y prefirió volver a España".
Fatal1ty vino el año pasado a jugar a Barcelona. "En España todavía no hay tanta afición. Pero conocí a un chico que estaba entre los mejores de Quake, ¿cómo se llamaba ?". Se refiere a Álvaro Romero. Tiene 27 años, y ha sido uno de los referentes del gaming en España. Lo más parecido a Fatal1ty en este país. Como todos los de su generación, Álvaro empezó primero con un Spectrum y luego con un MS-X. El salto definitivo fue con su primer PC, un 386 compatible. "Empecé a competir a los 18. Fue en la primera Campus Party de Málaga. Nos juntamos todos los que jugábamos on line en España. Gané, me di cuenta de que era bueno y que podía hacerlo a gran escala".
Y así fue. En la CPL quedó entre los 30 primeros y en Seúl, en el World Cyber Games, logró dos medallas de plata y ganó 10.000 euros. "La experiencia en Corea fue impresionante. Allí los jugadores son verdaderas estrellas. Varios canales retransmiten en directo y en prime-time las partidas", recuerda. ¿Y por qué no intentar dedicarse profesionalmente a los juegos aquí? "En España es muy complicado. No hay tantos patrocinadores y las conexiones todavía están muy atrasadas". Para entrenar on line con jugadores de otros países, es muy importante disponer de un ancho de banda potente y de una conexión PING rápida. "Si no, el adversario dispone de varios segundos de ventaja respecto a nosotros".
A los 27 años, Álvaro empieza a ver complicado dedicarse exclusivamente al gaming. Forma parte de la primera generación que ha tenido contacto con este mundo en España. Quizá le ha pillado tarde. "La primera mitad de este año lo intenté. Pero es complicado. Cuando eres muy joven tienes todo el tiempo para entrenar. Ahora tengo otras obligaciones y un trabajo como programador informático". Álvaro fichó hace aproximadamente un año por el clan X6tence.Amd. Una especie de club deportivo integrado por una selección de los mejores de España. El clan cuenta con patrocinios y una organización que permite a sus jugadores desplazarse a la mayoría de las competiciones del mundo sin preocuparse más que por la victoria. Sus miembros son los que están más cerca de la meta de la profesionalización en España.
Sergio Fernández, uno de los fundadores de X6stence, trabajó en cibercafés, los verdaderos viveros de campeones del mando. Jugaba al Counter strike, un juego shooter (de disparos) parecido al Quake. "No era muy bueno, pero los chavales querían participar en un torneo y nadie sabía inglés". Organizando aquello, Sergio se dio cuenta del potencial que había detrás de los gamers y de las competiciones. "Me pasé al lado ejecutivo. Buscamos patrocinadores y creamos la empresa". Hoy, X6tence cuenta con 30 jugadores y un patrocinador principal, AMD: una marca de procesadores que aporta alrededor de un 60% del presupuesto del club, que este año ha sido de 100.000 euros.
"Como mejor se enseñan los procesadores que fabricamos es jugando. Ellos necesitan apoyo y, a cambio, nos hacen el branding [crear marca] en las competiciones", explica Ramón Abad, responsable de marketing de AMD. "Hay algunas empresas en España que están empezando a darse cuenta del fenómeno, pero creo que, hasta dentro de un par de años, no será algo profesional".
En X6tence trabajan para que pueda ser antes. "Esto es igual que un club deportivo. Cada videojuego es como una sección, y vamos fichando a los mejores que hay en España", explica Sergio. Ofrecen material a los jugadores y la oportunidad de poder estar en la mayoría de competiciones mundiales con los gastos pagados. Aunque, por ahora, no pueden ofrecer sueldos. "Nos gustaría poder hacerlo a partir de julio de 2007. Nuestros chicos compiten contra equipos profesionales asalariados. Ellos son los únicos a este nivel que no lo tienen". El sueldo mensual medio de un jugador de Counter strike en los equipos profesionales es de unos 1.000 euros. "Nuestra referencia es Asia. En Corea, un jugador de Starcraft puede tener salarios de 60.000 a 100.000 euros al mes. Ahí los gamers son estrellas mediáticas".
Uno de los jóvenes valores del club es ahora Antonio Rivas, alias Flipin. Tiene 19 años y hace dos que es miembro del equipo de Counter strike. A los 14 años lo fichó su primer club y lo llevó a Noruega. Ha sido el jugador más joven en viajar al extranjero. "Mi madre al principio tenía miedo. Yo era muy pequeño. Tras hablar con el manager lo entendió, y hoy puedo decir que gracias a mis padres estoy donde estoy". Desde entonces ha viajado a 13 países diferentes y, sólo en el último verano, Flipin ha ganado 12.000 euros. "En España luchamos contra la adversidad. Lo comparo con el equipo de fútbol de Malta, en el que los jugadores son fontaneros. Pero lo sorprendente es que nosotros ganamos. ¿Por qué entonces otros países con menos talento pueden dedicarse a esto?".
Así que ya sabe; si su hijo se pasa el día enganchado al ordenador o la consola, piénselo dos veces antes de reprenderle. Quizá en unos años le vea anunciando bebidas en televisión y casado con una estrella en decadencia del pop británico.
La otra cara del 'jugón'
Además de compitiendo, hay otras formas de ganar dinero con el mando. Las empresas de videojuegos tienen un equipo de probadores que se encarga de comprobar que los juegos no tengan fallos y de adaptarlos a los países donde se distribuyen. Su vida no es tan glamurosa, pero se puede decir que son los otros que viven de jugar a los videojuegos. Eduardo Ponz se encarga desde hace un año del control de calidad de las versiones localizadas de los videojuegos de Electronic Arts, una de las marcas más importantes del mundo. Juega una media de cuatro horas al día y cobra unos 1.000 euros al mes. "Tengo el mando en las manos casi toda la jornada. Pero me gusta".
También se puede ganar dinero sin pretenderlo. El año pasado, por ejemplo, un chico de Almería consiguió una espada virtual jugando al Final fantasy. Al cabo de poco recibió un mensaje de otro jugador ofreciéndole 5.000 euros por el arma. No dio mucho crédito al asunto, pero, por si acaso, abrió una cuenta bancaria vacía por si la cosa iba en serio. Al día siguiente tenía suficiente dinero como para comprar el mejor ordenador del mercado y volver a intentar conseguir la preciada espada.
A partir de enero de 2007 comienza la fase de clasificación del campeonato europeo de Counter Strike y FIFA. X6tence espera reeditar entonces los éxitos de la pasada temporada.
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