Scotland Yard interroga durante dos horas a Blair por la 'venta' de títulos honoríficos
La policía británica interpela por primera vez a un jefe de Gobierno en ejercicio de sus funciones
Tony Blair va perfilando su legado político. Ayer se convirtió en el primer jefe del Gobierno británico que es interrogado por la policía mientras está todavía en ejercicio. El interrogatorio, durante dos horas, se produjo en Downing Street, mientras la prensa centraba toda su atención en la publicación del informe de Scotland Yard sobre la muerte de Diana de Gales. Los agentes iniciaron sus preguntas apenas minutos después de que el portavoz del primer ministro asegurara, como cada día, que "no hay cambios", cuando los periodistas le planteaban si Blair había sido interrogado.
El primer ministro fue interrogado por dos policías que llegaron a Downing Street hacia las once de la mañana. A la sesión de preguntas asistió también un funcionario para tomar nota del diálogo. Peor fue que el jefe del Gobierno no contó con la asistencia de ningún abogado, probablemente para dar la sensación de que se trataba de un acto meramente rutinario y no un primer paso para un eventual procesamiento del jefe del Gobierno.
Esa posibilidad parece remota después de que la policía decidiera interrogar al primer ministro meramente como testigo y sin aplicarle la figura de la caución. Si el interrogatorio de Blair se hubiera decidido "bajo caución", hubiera permitido a la policía incautarse los documentos que hubiera considerado necesarios y habría sido interpretado como un primer paso para procesar a Blair.
El interrogatorio forma parte de la investigación por la supuesta venta de títulos honoríficos a ricos contribuyentes del Partido Laborista. Se originó a instancias del Partido Nacionalista Escocés (SNP) tras saberse que cuatro donantes laboristas habían sido propuestos para entrar en la Cámara de los Lores. Luego se supo que las donaciones eran créditos secretos con apariencia de operación comercial, con lo que no era obligatorio declararlos públicamente. La policía investiga si esas operaciones infringen la ley de financiación de los partidos políticos.
Según el portavoz del primer ministro, Blair fue preguntado por la relación entre la propuesta de nombrar lores a cuatro donantes laboristas y las donaciones en sí mismas. "El primer ministro explicó por qué nominó a cada uno de esos individuos, y que lo hizo como líder del partido respecto a los puestos de lord reservados a los seguidores del partido, como hacen otras formaciones políticas. Las distinciones ni eran, en consecuencia, por servicios públicos sino expresamente como la cuota de lores que da el partido por servicios al partido. En esas circunstancias el hecho de que hayan apoyado financieramente al partido no puede ser concebido como una barrera para su designación", explicó el portavoz.
Ante eventuales críticas porque el interrogatorio del primer ministro coincidiera con la presentación del informe de Scotland Yard sobre la muerte de Diana de Gales, un acontecimiento que había despertado gran expectación, el portavoz de Tony Blair rechazó cualquier intento de planificación. Las declaraciones del portavoz, sin embargo, son muy, muy difíciles de creer, dada la habilidad del Nuevo Laborismo para manejar las agendas informativas y decidir el mejor momento para obtener la máxima repercusión de un anuncio o, al revés, enterrar las malas noticias en días de enorme actividad informativa por otros temas.
El portavoz rozó la mentira cuando, al ser preguntado como cada día si el primer ministro había ya sido interrogado por Scotland Yard, respondió con un simple: "No hay cambios". A esas horas Blair aún no había sido interrogado, pero se cree que en ese preciso momento estaban llegando a Downing Street los inspectores que le iban a interrogar. El portavoz no mintió, pero dio a entender que el primer ministro no iba a ser interrogado ayer.
Engañar a la prensa
Blair se había reunido a las nueve de la mañana con el Gabinete, como casi todos los jueves. Hacia las once fue interrogado por Scotland Yard. A las 13.20 la prensa fue alertada de lo que ocurría, confirmado poco después por el portavoz de Downing Street. A las 14.30, un Tony Blair satisfecho de haber engañado a la prensa y evitado que fuera filmada la entrada de la policía para interrogarle, abandonaba Downing Street con destino a Bruselas, donde asistió al Consejo Europeo.
Hasta ahora la policía ha interrogado a 90 personas por la supuesta venta de distinciones a cambio de financiación política, tanto en el Partido Laborista como en el Partido Conservador. El ex líder tory Michael Howard fue preguntado hace unos meses, también en calidad de testigo, como Blair. Y todos los miembros del Gabinete, coincidiendo con las últimas elecciones, han contestado por escrito a un formulario de la policía que investiga el caso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.