Modernización clásica
A veces sólo hay que acudir a los clásicos para convertir un gran proyecto técnico en una película apreciable. Luc Besson, productor, coguionista y director de Arthur y los minimoys, ha escarbado en escrituras y mitos imperecederos como Los viajes de Gulliver, Alicia en el país de las maravillas, La isla del tesoro y Los caballeros de la mesa redonda para componer una cinta infantil tan saludable como entretenida.
El toque social habitual en el cine familiar de hoy (los padres escurren el bulto con los niños y son los abuelos los garantes de su educación) se ve acompañado por una trama tan candente que se ha instalado con fuerza en el universo de la magia: la especulación inmobiliaria es la que provoca las penurias de los protagonistas y el malvado es uno de esos estafadores tan de moda. Hay héroes, tesoros, pistas ocultas, duendes y princesas (aunque ésta tenga cintura de avispa, pantalones ajustados y ombligo al aire). También okupas, porreros, peleas a lo Matrix y guiños a Fiebre del sábado noche. Pero, sobre todo, sana diversión para niños de entre (más o menos) 4 y 13 años.
ARTHUR Y LOS MINIMOYS
Título original: Arthur et les minimoys. Dirección: Luc Besson. Intérpretes: Freddie Highmore, Mia Farrow; Elena Anaya (voz en la versión doblada). Género: infantil. Francia, 2006. Duración: 102 minutos.
Babelia
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