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Los médicos incluirán la sospecha de maltrato en el historial de las pacientes

Sanidad y las comunidades ultiman un protocolo para mejorar la detección de la violencia

Los médicos de atención primaria que crean que una paciente sufre violencia a manos de su pareja o ex pareja deberán incluir esa sospecha en su historia clínica, de carácter confidencial. Realizar esa anotación resulta "esencial", ya que "puede servir como prueba" ante el juez. Así figura en el borrador del protocolo de actuación ante la violencia machista que hoy prevén debatir el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. El texto, al que tuvo acceso EL PAÍS, establece pautas homogéneas para mejorar la detección precoz y la atención a las maltratadas.

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Mejorar la detección del maltrato y la atención sanitaria que reciben las mujeres que padecen violencia doméstica. Éste es el objetivo del Protocolo Común para la Actuación Sanitaria ante la Violencia de Género, aún en fase de borrador. Lo ha realizado la Comisión contra la Violencia de Género, un grupo de trabajo creado en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (organismo que coordina la actuación del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas). Este consejo prevé estudiar el texto hoy, lunes.

El protocolo establece "pautas de actuación homogéneas en los casos de violencia específica contra las mujeres, no sólo para la atención y seguimiento de casos agudos, sino también para la prevención y detección precoz". Con él se desarrolla el mandato de la Ley Integral contra la Violencia de Género para luchar contra la violencia machista desde el ámbito de la salud. En términos generales, todas las comunidades cuentan ya con distintos tipos de protocolos de actuación ante casos de maltrato, pero ahora se trata de establecer pautas uniformes.

El nuevo protocolo se ciñe a la atención de los profesionales sanitarios ante cualquier caso de violencia que sufran las mujeres a partir de los 14 años, al margen de quién sea el agresor, pero se centra especialmente en la violencia familiar y de pareja, "por ser éstas las formas de violencia de género más comunes en nuestro país". También incluye un capítulo sobre agresiones sexuales.

Romper el silencio

El texto señala que las mujeres maltratadas acuden con más frecuencia al ambulatorio que el resto de la población, pero "no suelen manifestar ni hablar de su situación espontáneamente", especialmente cuando no hay lesiones físicas a la vista. "La dificultad para detectar estos casos estriba, en gran parte, en que las mujeres no presentan lesiones manifiestas, no se reconocen como víctimas (por vergüenza, miedo, culpa) y los síntomas aparecen desligados de la situación vital que padecen", señala el texto.

Tras ese diagnóstico, el protocolo destina un capítulo a la atención primaria, "donde se dan las condiciones más favorables para detectar a las mujeres en situación de violencia, así como de prevenir y/o frenar las consecuencias del maltrato en la salud y el bienestar de la mujer". El texto enumera una serie de signos y síntomas que pueden hacer pensar que la paciente sufre violencia (actitud temerosa, tristeza, aislamiento, ansiedad, retraimiento, insomnio, quejas somáticas...). El protocolo establece que, cuando el profesional sanitario sospeche que la mujer sufre violencia, debe tratar de confirmarlo en una nueva cita-entrevista en la que se deberá establecer "un clima de confianza" y en la que recibirá a la paciente "sola y sin prisa". Si la sospecha se confirma, los profesionales sanitarios deben informar a la mujer y ponerla en contacto con atención especializada.

Aunque el profesional sanitario no logre ir más allá de los indicios, debe dar un paso más y ponerlo por escrito: "El registro de la sospecha y de las actuaciones con la mujer en la historia clínica puede servir como prueba judicial. Por ello, esta actuación en el proceso de atención a la violencia de género es esencial", establece el borrador.El mismo planteamiento se incluye también en el capítulo dedicado a la actuación de los servicios de urgencias. A los profesionales de esas unidades se les propone además que remitan directamente una copia de su informe al médico de cabecera de la paciente, para informarle de lo ocurrido.

Ahora el personal sanitario debe informar a las autoridades sólo cuando el caso de maltrato está confirmado, tal como matiza la Comisión contra la Violencia de Género del consejo interterritorial. El borrador de las pautas de actuación propone también un modelo único de parte de lesiones y de informe médico para los casos de maltrato, y prevé que se puedan adjuntar fotos de las lesiones.

Revisión de una paciente en una consulta médica.
Revisión de una paciente en una consulta médica.JOSÉ MANUEL PEDROSA

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