Israel decide retirarse del último pueblo libanés ocupado en la guerra
Los manifestantes de Hezbolá mantienen el asedio a la sede del Gobierno
La preocupación en Israel por la inestabilidad del Gobierno libanés, asediado en torno a su sede oficial en Beirut por manifestantes de Hezbolá, se acrecienta. Pero cualquier apoyo abierto que pudiera dispensar al Ejecutivo de Fuad Siniora sólo podría ser recibido con incomodidad. En este contexto, el Gabinete de Ehud Olmert decidió ayer retirarse de la mitad norte del pueblo de Ghajar, el último en el que permanecían soldados hebreos después de la guerra contra Hezbolá en verano, y dejar a cargo de la seguridad a las tropas de Naciones Unidas en esta población dividida por la frontera.
Ghajar está partido por la mitad tras la demarcación de Naciones Unidas en el año 2000, después de 22 años de ocupación israelí del sur de Líbano. No es la de ayer una concesión de gran calado, pero cientos de ciudadanos con documentación israelí podrían quedar, por primera vez, sin la protección de la policía y del Ejército hebreos.
Es reseñable que Hezbolá no ha participado en las arduas negociaciones entre los mandos de Naciones Unidas, Israel y el Gobierno libanés que han concluido en la evacuación de los soldados. Algunos altos funcionarios citados por Reuters confiaban en que la retirada pudiera ayudar al acosado primer ministro libanés.
Aunque no es previsible que la medida suponga gran alivio para el Gobierno de Siniora, y mucho menos que repercuta en la firme decisión de Hezbolá de derribar el Ejecutivo de Beirut. En cualquier caso, tanto el Gobierno prooccidental como el movimiento islamista chií continuarían reclamando la retirada israelí de las granjas de Cheba, ocupadas en 1967.
El Gabinete de Olmert decidió también mantener el alto el fuego en Gaza, a pesar de que los cohetes Kasam siguen cayendo -15 en los últimos siete días- sobre la región del desierto del Negev adyacente a la franja. Pero se decantó en contra de ampliar la tregua a Cisjordania.
Las operaciones militares y las detenciones por decenas de presuntos milicianos se suceden cada noche. Los soldados mataron ayer a un adolescente de 15 años que tiraba piedras a los militares hebreos en un campo de refugiados cercano a Nablus. Y cerca de Hebrón, un colono hirió de gravedad a un niño de cinco años al dispararle en el cuello. Va a ser complicado que el alto el fuego perdure. Yihad Islámica, que alega violaciones de la tregua por parte israelí, amenazó anoche que atacaría en cualquier momento. Hamás ha dejado de participar en las negociaciones con el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas, para extender la calma a Cisjordania.
Por su parte, los militares y los servicios de espionaje israelíes recomiendan emprender operaciones para frenar el tráfico de armas del que se nutren las milicias palestinas en la frontera entre Gaza y Egipto. Sólo una buena noticia llegó a oídos de los palestinos. Qatar se ha comprometido a pagar los salarios de 40.000 funcionarios del sector de la educación, que cobran sólo una porción de sus salarios desde que Hamás accediera al poder en el mes de marzo.
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