Bruselas quiere posponer varias negociaciones abiertas para la entrada de Turquía en la UE
La Comisión propone castigar a Ankara por cerrar sus puertos y aeropuertos a los chipriotas
La Comisión Europea optó ayer por "ralentizar" las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE. Tras una larga e intensa discusión, el comisario de Ampliación, Olli Rehn, anunció la decisión del Colegio de Comisarios de proponer la suspensión de las negociaciones sobre ocho de un total de 35 capítulos. Rehn explicó que se trata de una medida obligada ante la falta de cumplimiento por parte de las autoridades turcas de sus obligaciones establecidas en el protocolo de Ankara. Estas obligaciones se refieren básicamente a la apertura de sus puertos y aeropuertos a las naves y aeronaves chipriotas.
La recomendación de la Comisión, prevista inicialmente para el próximo día 6, se ha adelantado para alejarla al máximo de las fechas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los próximos 14 y 15 de diciembre, y no contaminar así sus conclusiones con este fracaso. La decisión formal sobre la suspensión de los capítulos se adoptará en el Consejo de Ministros de Exteriores del próximo día 11.
Rehn recordó que "la Unión Europea era una comunidad jurídica", donde rige el principio de "pacta sunt servanda" (los pactos han de cumplirse), y que el incumplimiento de las obligaciones tenía que tener forzosamente consecuencias. La decisión se adoptó después de un profundo debate que obligó a retrasar una hora y media la conferencia de prensa del comisario. Las posiciones en la Unión Europea están divididas, entre el Reino Unido, que proponía reducir a tres el número de capítulos suspendidos, y Francia, partidaria de un castigo mayor, que proponía que la medida afectara a 15.
La crisis de las relaciones entre Bruselas y Ankara fue uno de los asuntos que captaron la atención política en la cumbre de la OTAN celebrada en Riga. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que junto con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, promueve la Alianza de Civilizaciones, defendió ayer en la capital letona la conveniencia de que el Consejo Europeo de diciembre mantenga "la puerta abierta" a la entrada de Turquía a la Unión Europea. Por su parte, el premier británico, Tony Blair, consideró que "sería un serio error" enviar la advertencia a Turquía de "ralentizar" las negociaciones. Por el contrario, el presidente francés, Jacques Chirac, señaló que no había otra opción que "la congelación parcial de las negociaciones".
A pesar de todo, el comisario Rehn se esforzó, a lo largo de toda la conferencia de prensa, en presentar la imagen del vaso medio lleno de la decisión adoptada. En este sentido, recalcó que "aunque se haya ralentizado, el proceso el tren sigue sobre los raíles y está en marcha". "Las negociaciones continúan, no hay ningún tipo de congelación ni de hibernación, sólo ralentización".
Necesidad mutua
El comisario subrayó que Europa necesita a Turquía y Turquía a Europa. Insistió en que la decisión comunitaria había sido "justa porque se mantiene la perspectiva de Turquía de entrar en la Unión Europea y firme porque se exige el cumplimiento de sus obligaciones".
Los capítulos suspendidos son: 1, libre movimiento de mercancías; 3, libertad de establecimiento y libre provisión de servicios; 9, servicios financieros; 11, agricultura y desarrollo rural; 13, pesca; 14, política de transporte; 29, aduanas y 30, relaciones exteriores.
Además, la Comisión recomienda que ningún capítulo se cierre provisionalmente hasta que la Comisión haya confirmado que Turquía ha cumplido los compromisos del protocolo adicional. En este sentido, Rehn recordó que Europa no podía permitir situaciones de guerra y divisiones territoriales dentro de sus fronteras en relación a la división de Chipre desde hace más de 30 años.
Los esfuerzos para aproximar posiciones entre turcos y chipriotas no lograron un acuerdo a pesar de las energías dedicadas por la presidencia finlandesa. El pasado lunes, el ministro de Asuntos Exteriores chipriota, Yiorgos Lillikas, manifestó que su Gobierno había respondido muy positivamente a la iniciativa de la presidencia finlandesa y efectuado muchos esfuerzos para lograr un resultado positivo.
El ministro señaló que "este resultado habría permitido la apertura del puerto de Famagusta con el objetivo de lograr el comercio directo bajo la supervisión de la Comisión Europea". También habría permitido, añadió en su declaración, "la entrega de la ciudad de Varosha a la ONU con la retirada de las tropas de ocupación turcas de la ciudad y la seguridad del retorno de los legítimos habitantes de la ciudad a sus hogares y propiedades". Lillikas lamentó que el acuerdo no se pudo alcanzar por la negativa turca a cumplir con sus "obligaciones con la UE y los Estados Miembros".
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